
“La solución no está en la anti-política”
Por Armando Chiappe, docente, concejal, candidato de Hacemos por Córdoba
(*) Especial para Póster Central
Río Cuarto tiene muchas particularidades que la hacen diferente a otras ciudades medias del interior del país. Una de ellas se encuentra en su Carta Orgánica: los convencionales quisieron que las elecciones municipales estuvieran despegadas tanto de las elecciones nacionales como de las provinciales. De esta forma, nuestro electorado en términos hipotéticos se podría expresar sin ninguna otra influencia o interés exógeno que desvirtuara su voluntad. El 16 de Marzo ante la evidencia de la rápida propagación del Covid19 el intendente Llamosas suspendía las elecciones. Un par de días más tarde el Presidente Alberto Fernández decretaba el ASPO con el objetivo de preparar un sistema sanitario golpeado por el desfinanciamiento. El espejo europeo nos devolvía una imagen de horror: sociedades altamente organizadas y estados mucho mejor pertrechados hacían agua y colapsaban.
Así las cosas, lo que los convencionales habían visto en la redacción constituyente como una ventaja para el proceso electoral local se convertía por efectos de un cisne negro en un problema institucional que buscaba una solución. Aristóteles afirmaba que en el terreno ético-político el yerro no está en la leyni en el legislador sino en la naturaleza propia de la “cosa práctica”. Allí no es posible encontrar ni la estabilidad, ni la perfección de las ciencias teóricas y sus soluciones. Lo político ocurre en el tiempo y en la contingencia donde reina el cambio. La sabiduría práctica consiste entonces en encontrar las soluciones en estado de evaluación y deliberación permanente de las circunstancias. La mayor parte del arco político llegó a un acuerdo para prolongar mandatos y establecer nuevas fechas de la elección. Esta voluntad se plasmó en la ordenanza 1304/20 que contempló dos posibles fechas para el acto electoral (27/09-29/11). La ordenanza fue ratificada por sendos fallos obiterdictum del TSJ de la Provincia de Córdoba. De esta forma y por un hecho singular Río Cuarto sienta un precedente jurídico para otros procesos electorales.
Hoy la realidad nos muestra la vulnerabilidad de nuestra posición a través de un coctel peligroso: un virus ultra-contagioso y la falta de disciplina social rigurosa que da por resultado una suba peligrosa de casos de contagio. Algunas voces presas del pánico -y en cómoda articulación con el discurso antipolítico- convergen en recitar la letanía que es mejor dejar de lado el proceso electoral en cualquiera de las fechas previstas por la ordenanza. Como si el problema institucional de afrontar esta contingencia sin autoridades fuera a desaparecerpor arte de magia. Tenemos que afrontar los dos problemas en simultáneo: por un lado, el sanitario ceñidos a las pautas que emanan de los órganos del Estado y, por otro lado, el de proveer las autoridades electas que conduzcan esta crisis sanitaria, económica y social.
La solución no está en la anti-política que cree que todos nuestros males están en los dirigentes. El solo ejercicio mental de pensar en atravesar las consecuencias de una pandemia mundial en nuestra ciudad sin estamentos y cuadros estatales debería servir de escarmiento suficiente. La solución tampoco está en aquellos que desde la política utilizan una tragedia como escaparate para la especulación de sus chances electorales. El escrutinio público castigará a los que faltos de la generosidad y la grandeza que la hora demandaba dijeron cualquier cosa para conseguir un voto más. Quienes menearon estas formas falsarias -más allá de lo que vociferen- no son ningunos líderes.
Estoy convencido que Río Cuarto sabrá valorar un nuevo tipo de liderazgo, uno que se ejerce sin sobreactuación y sin disfrazarse de lo que no es. Un liderazgo que se asienta en condiciones más bien raras para estas pampas: el orden, la racionalidad y la templanza. Un liderazgo que le permitió tomar una ciudad desordenada y desaliñada para llevarla a una recuperación de la obra pública y de la participación ciudadana, su marca identitaria. Un líder que en la tormenta mira las velas sin dejar el timón. Es un orgullo para mí acompañar el liderazgo firme pero sin estridencias de Juan Manuel Llamosas y su equipo de gobierno. Siempre cerca, aún más en las hora más oscura.
Foto: Armando Chiappe, Facebook
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