Humedales, un tesoro natural para preservar el hábitat y evitar el impacto de sequías e incendios

Los humedales son zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente. El agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. Se distinguen también por las características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a sus períodos de anegamiento y sequía.

Todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones.

El agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. Los humedales se distinguen también por las características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a las condiciones de inundación o de alternancia de períodos de anegamiento y sequía. De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre los sistemas acuáticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y funcionales propias, que los diferencian de unos y otros.

¿Cuáles son las amenazas?

Se estima que en los últimos 300 años ha desaparecido el 87% de los humedales del planeta y existe una escasa conciencia sobre la importancia que tienen para la vida. Las principales causas de degradación y vulnerabilidad son: la ampliación de la frontera agrícola, el uso de agrotóxicos, la actividad minera, la sobreexplotación de bienes naturales, el desarrollo industrial e inmobiliario, las especies invasoras y el desecho de residuos mal tratados.

¿Por qué protegerlos?

Los humedales son parte integral de los sistemas naturales que hacen posible la vida en la Tierra. El 40% de la biodiversidad mundial vive o se reproduce en ellos. Son grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce. Amortiguan los impactos de las lluvias y almacenan más carbono que ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático. También se encuentran unidos a diversas culturas y tradiciones.

Fuente: Inta


A nivel global, se calcula que los humedales cubren aproximadamente 12,1 millones de km2. Sin embargo, la Perspectiva Mundial sobre los Humedales estima que su extensión ha disminuido rápidamente, con pérdidas del 35 % desde 1970. Esta pérdida o degradación de los humedales tiene efectos negativos en la naturaleza y las personas. Las principales presiones sobre los humedales se relacionan con cambios en el uso del suelo (urbanización, deforestación, rellenos, etc.), alteraciones en la dinámica del agua (por extracción, intercepción, desvíos, etc.), extracciones (pesca, maderas, pasturas, etc.), contaminación (agrícola, industrial y doméstica), introducción de especies exóticas invasoras y el cambio climático.

¿Por qué es importante conservarlos?

Los humedales contribuyen de modo decisivo al bienestar humano al desempeñar funciones de las cuales se derivan múltiples beneficios.

  • Diversidad biológica. Muchas especies de flora y fauna silvestres dependen completamente de los humedales. Son hábitats de suma relevancia para especies migratorias como las aves y cobijan a especies amenazadas. Algunos poseen una alta proporción de especies endémicas, es decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
  • Amortiguación de las inundaciones. Los humedales desempeñan un papel importante en el control de las inundaciones. Pueden actuar como esponjas, al absorber el agua de las lluvias y las crecientes de los ríos, y permitir que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación, reduciendo con ello la velocidad y el volumen del agua que fluye aguas abajo.
  • Mitigación y adaptación al cambio climático. Los humedales desempeñan funciones críticas en la mitigación del calentamiento global. Por un lado, son importantes sumideros de carbono y, por ende, su destrucción libera gases de efecto invernadero, en tanto que su restauración y creación se traduce en la retención de más gases de efecto invernadero. Por otra parte, los humedales cumplen un rol fundamental en la adaptación al cambio climático, ya que amortiguan el efecto de las tormentas y las inundaciones.
  • Abastecimiento de agua. Los humedales retienen y almacenan agua, disponible para consumo humano, producción y sostenimiento de la vida silvestre. Cuando los humedales se encuentran situados sobre sedimentos y rocas permeables, el agua que retienen se filtra a través del suelo y recarga los acuíferos. Además, al retener sedimentos y nutrientes, muchos humedales actúan como filtros que pueden eliminar sustancias tóxicas de los cuerpos de agua.
  • Valores culturales. Como proveedores de agua y muchos otros bienes y servicios, la población se ha asentado históricamente en zonas de humedales, desde los pueblos originarios hasta la actualidad, desarrollando un rico y diverso patrimonio cultural. Muchos humedales son sitios de gran relevancia arqueológica e histórica.
  • Provisión de alimentos, materiales y medicinas. Los humedales generan gran variedad de productos de plantas, animales y minerales que son utilizados por personas de todo el mundo. Los productos de los humedales varían desde los alimentos básicos como el pescado, hasta la madera de construcción, leña, aceite vegetal, sal, plantas medicinales, tallos y hojas para la fabricación de tejidos, y forraje para animales. La intensidad y escala con que se cosechan y emplean esos productos varía enormemente, pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya intensidad de producción es reducida, hasta explotaciones comerciales intensivas. Los humedales juegan un papel fundamental como sustento de los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
  • Estabilización de costas y protección contra tormentas. Las marismas salobres y otros humedales costeros sirven como primera línea de defensa contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las raíces de las plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de los deltas, la sedimentación permite la creación de nueva tierra.
  • Recreación y turismo. La belleza natural y la diversidad de la vida animal y vegetal de muchos humedales hacen que sean lugares de destino turístico y recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos a economías regionales y son sitios de relevancia para desarrollar actividades de educación ambiental.

Humedales en Argentina

La gran extensión del país y su variedad de climas y relieves determinan la presencia de una importante abundancia y diversidad de humedales. Pueden encontrarse conformando grandes extensiones, en forma de paisajes de humedales, reconocidos y valorados por los múltiples servicios ecosistémicos que brindan (como el Delta del Paraná, la región del Iberá, etc.), pero también como pequeños humedales ubicados en zonas áridas (mallines, vegas, barreales, etc.) de gran importancia local como proveedores de agua dulce, forraje para fauna y ganado, hábitat de diversidad biológica, etc.

Ley en Argentina

La Argentina aprobó la Convención sobre los Humedales en 1991, a través de la Ley n.º 23.919 (con sus enmiendas en la Ley n.º 25.335). A la fecha, el país designó 23 Humedales de Importancia Internacional o Sitios Ramsar, que abarcan una superficie total de 5.687.651 hectáreas. La administración de estos sitios se encuentra, según corresponda, a cargo de las jurisdicciones provinciales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o la Administración de Parques Nacionales, en el caso de las áreas naturales protegidas comprendidas por la Ley n.° 22.351. Entre ellos se encuentran los humedales de Península Valdés en Chubut –declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO–, Laguna de los Pozuelos en Jujuy, Palmar de Yatay en Entre Ríos, Lagunas y Esteros del Iberá en Corrientes o la Reserva Ecológica Costanera Sur –destacada por ser una reserva urbana– en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El último sitio designado fue la Reserva Natural Villavicencio, en la provincia de Mendoza.
Asimismo, el país participa de la Iniciativas Regionales Ramsar para la conservación y uso sostenible de los humedales fluviales de la Cuenca del Plata (junto con Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de los humedales altoandinos (junto con Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela.

Fuente: Ambiente y medio

Ley de Humedales: Qué propone

(*) Fuente: Ley de Humedales Ya

Puntos clave del proyecto de ley

Nuestros humedales necesitan una ley de presupuestos mínimos de protección ambiental que asegure su conservación y su uso ambientalmente respetuoso, conforme el artículo 41 de la Constitución Nacional.

Uso respetuoso
Los humedales se degradan día a día. La mejor manera de conservarlos es favorecer el uso ambientalmente respetuoso y las actividades que preservan sus funciones ecológicas y eliminar los factores que los perturban. Es preciso que las autoridades controlen las actividades antrópicas para proteger los humedales a través de evaluaciones de impacto ambiental. Para zonas ya degradadas proponemos una restauración sujeta a procesos participativos y estratégicos de planificación y ejecución.

Fondo para humedales
Sin presupuesto no se pueden proteger los humedales. Se necesita de una inversión a la altura del rol que cumplen estos valiosos ecosistemas en el bienestar nacional y mundial. Proponemos redireccionar los incentivos que entrega el Estado a actividades perjudiciales hacia la promoción de acciones de conservación, uso ambientalmente respetuoso y restauración. Aspiramos a una distribución justa y equitativa que contemple la compensación de las regiones que sufran pérdidas.

Participación ciudadana
Es necesario que la ley visibilice el patrimonio cultural tangible e intangible que se desarrolla en los humedales: tanto los modos y medios de vida como los conocimientos tradicionales y los saberes locales. Es necesario frenar el avasallamiento de derechos y los procesos de desposesión y migración forzada de las comunidades. Por eso, aspiramos a procesos de toma de decisiones con oportuna, amplia, efectiva e informada participación.

Inventario
Es importante registrar las zonas de humedales pero la sanción de la Ley de Humedales no puede depender de la finalización de esta tarea. Lejos de pensar esta instancia de forma puramente técnica, proponemos un proceso colaborativo con aportes de quienes habitan los humedales y demás actores de la sociedad civil. Abrazamos los ejercicios de mapeo y monitoreo participativo en intercambio con las autoridades de aplicación de la ley.

Perspectiva de genero
Necesitamos una Ley que ponga en valor los roles, contribuciones y conocimientos de las mujeres en defensa de los humedales, que atienda sus necesidades específicas y respete sus derechos. La Ley debe contener disposiciones que aseguren diversidad de género con participación activa y efectiva en procesos de toma de decisión. Por otro lado debe promover: la obtención de datos desagregados por género, materiales de comunicación género responsivos, apoyo a iniciativas que empoderen a las mujeres como agentes de cambio, capacitaciones de autoridades competentes sobre género y el respeto a normativa nacional e internacional sobre género en el marco de la implementación de la Ley de Humedales.

Proyecto completo

Redacción Póster Central
Fuente: Argentina.gob.ar – Ley de Humedales Ya – Ambiente y Medio