Femicidio En Río Cuarto: Lo Que Sabemos Y Lo Que No

✍ Carina Ambrogi

Para La Marea Noticias www.lamareanoticias.com.ar


Una mujer que paseaba a su mascota encontró asesinada a Mónica Ordoñez, el miércoles por la mañana en Río Cuarto, Córdoba. Su cuerpo muerto, tirado adentro de una sala abandonada de la vieja estación de tren, un espacio sucio, con malezas altas, con basura y olor, tenía un visible golpe en la mandíbula. Ese golpe es todo lo que se ha confirmado oficialmente respecto de lo que le hicieron para matarla. La misma tarde del miércoles versiones extra oficiales indicaron que había dos hombres detenidos, imputados, que no tenían vinculo de familia ni una relación previa con la víctima.

Ayer jueves, medio centenar de mujeres se auto convocaron en el mismo lugar a donde encontraron asesinado el cuerpo de Mónica, a llorar juntas, a pintar juntas, a gritar juntas, a pedir juntas “paren de matarnos”.

A ese lugar llegó un familiar de víctima diaria de femicidio, a llorar también y vomitar su verdad: “Mónica vivía en un estado de absoluta vulnerabilidad, tenía esquizofrenia y hacía mucho que nadie se hacía cargo de ella”. Según su testimonio, la mujer padeció abandono y violencia, esto mismo contó en la Fiscalía.

En la mañana de hoy el Fiscal Fernando Moine, quien investiga en la causa, informó a La Marea Noticias que hay dos personas imputadas, por ahora, por homicidio. La calificación puede agravarse de acuerdo al avance de la investigación y el informe forense.

El padre de Mónica, su esposa y los hijos de ambos, despidieron los restos del cuerpo hoy por la tarde en el cementerio público de la ciudad, con un visible dolor que espera justicia.

¿Cómo fue el hecho por el que imputaron a estos dos varones? ¿Qué conclusiones arrojaron las pericias forenses? ¿Por qué mataron a una mujer en estado de vulnerabilidad dos varones, cobardes, asesinos? ¿De qué cosas además de su muerte fue víctima Mónica?

Son los interrogantes que probablemente se develarán con el correr de los días, y podrán ser respuestas necesarias en una sociedad que nos mata todos los días de a una.

Los datos que si sabemos

En Río Cuarto, ciudad capital alterna de la provincia de Córdoba, con casi 200 mil habitantes, zona núcleo del poder económico y político del sur provincial, hubo el año pasado 5 mil denuncias judicializadas por violencia de género.

Cinco mil.

En los últimos 4 meses de pandemia, se registraron 1.500 denuncias en el Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y Género de la ciudad. Indica un promedio de 12 casos de violencia diarios, sin tomar feriados, sábados ni domingos, 12 casos de lunes a lunes que requieren intervención judicial.

En la Subsecretaría de Adolescencia, niñez y familia desde que se inició la cuarentena sumaron un 43% las actuaciones en problemáticas de género, y la vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes registró un aumento del 50%.

Aumentaron a la mitad las violaciones de derechos de niñas, niños y adolescentes, que no accedieron a los derechos humanos básicos. Las problemáticas más visibilizadas fueron: maltrato, negligencia, abuso sexual y violencia familiar.

Según informaron a este medio las Dras. Pamela Dutto y Jorgelina Sola, integrantes del juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y Género en Río Cuarto, entre las causas que se incrementaron durante el aislamiento figuran la violencia hacia las adultas mayores, por abandono, maltrato o violencia económica.

Hace una semana encontraron asesinada en esta misma ciudad a una mujer de 90 años, sabemos que hay tres detenidos y una menor imputadxs, sabemos que el asesinato fue en ocasión de robo. Pero no sabemos cuál fue el contexto en que estas personas supieron que la mujer tenía dinero o como accedieron a un ingreso simple al domicilio.

Anoche, también en los tribunales de Río Cuarto, se condenó a Marcelo Ruíz Díaz, femicida de Karina Abba (17), a cadena perpetua bajo la figura de Homicidio Calificado Criminis Causae y Abuso sexual en grado de tentativa. El abogado de la querella dijo a la periodista Magdalena Bagliardelli que no consideró que fuera femicidio, porque no había contexto de violencia de género: “ella tenía una buena relación con su primo”, explicó.

El primo intentó violarla y la asesinó para encubrir ese delito.

Esta cronista entiende todos los datos detallados en los párrafos anteriores como “contexto de violencia de género”. Nos matan porque somos mujeres, nos violan porque somos mujeres. No es necesario una relación previa de violencia con quien comete un delito contra una mujer en situación violenta para justificar el “contexto de violencia de género”. Este contexto se justifica con una sociedad en la que no aparece un hombre por día asesinado en manos de una mujer, en la que los hombres no deban cuidarse de como se visten, a que hora salen, con quien se juntan o que toman para no ser asesinados o violentados por una mujer. Vivimos en una sociedad con contexto de violencia de género, en la que las víctimas sistemáticas de estos delitos son mujeres y diversidades sexuales.

En diálogo con este medio, el Juez de Niñez, adolescencia, familia y género José Varela Geuna dijo que son tantos los casos que llegan a esta dependencia que la ciudad amerita tener una secretaría específica para atenderlos. Por más esfuerzo físico y voluntad de lxs operadores de justicia de esta dependencia, el problema desborda la solución, y el presupuesto no alcanza.

La ciudad con estos datos no cuenta con un refugio para ofrecer a las mujeres y diversidades que tienen que abandonar su centro de vida, y las instituciones encargadas de atender los niveles 1, 2 y 3 tienen personal escaso, en relación de precariedad laboral en la mayoría de los casos, y con sueldos por debajo de la línea de pobreza.

Esta periodista puede dar cuenta del esfuerzo y capacidad de las personas que trabajan allí, pero la voluntad política y el presupuesto para que esta realidad cambie no dependen de estas líneas de mando.

¿De quién depende?

Hoy creo que de la sociedad toda, de las personas que nos mandaron a lavar los platos cuando realizamos hace una semana una caravana para pedir por esto, de las abuelas que nos sugirieron “no se metan, no saben si no fue su culpa”, de quienes observan inmóviles una campaña en la que ningún candidato varón priorizó estos temas en sus propuestas de gobierno, de quienes apoyan la candidatura de un hombre imputado por golpear a su pareja embarazada de 3 meses, en vez de pedirle que espere a que la justicia lo libere antes de pretender ocupar un lugar público, de tantas otras personas, y por su puesto de mí, porque por más que dejo la vida en este intento de cambiarlo todo, es claro que algo falta.