A 40 años de Malvinas – “La muerte era nuestra sombra, la guerra genera efectos devastadores y no teníamos recursos”

“La muerte era nuestra sombra, la guerra genera efectos devastadores y no teníamos recursos” manifestó en diálogo con Póster Central el médico militar, Carlos Rubén Beranek, autor del libro “Un doc en la trinchera”, donde relata sus memorias sobre el conflicto bélico en las Islas. En la publicación describe las vivencias junto a sus compañeros de Sanidad en Pradera del Ganso.


Beranek ingreso como médico en la Escuela de Aviación Militar de Córdoba en 1980. La designación de una compañía de defensa para la custodia de un Aeródromo sumó a un equipo sanitario. El médico militar fue incorporado el 14 de abril y estuvo en las Islas hasta el 29 de mayo de 1982.


“Contar lo sucedido era una cuenta pendiente que tenía conmigo y los veteranos. Tenemos la obligación de contarles a los argentinos sobre lo vivido en la guerra. Gracias a Dios estamos vivos y podemos decir lo que pasó”, afirmó.
Beranek precisó que debían realizar el rescate de los pilotos argentinos de aviones derribados por fuerzas británicas.
“Teníamos muchas falencias en el rol sanitario. En donde estábamos había 1400 efectivos desplegados y éramos solo dos médicos. No teníamos banco de sangre, servicio de laboratorio, servicio de rayos, un quirófano o un medio de movilidad para evacuar a nuestros heridos. Recién a partir del 1 de mayo nos dieron un vehículo para transportar los heridos y llegar a los lugares de combate”, expresó.


Y añadió: “No tuvimos durante toda la guerra medios de comunicación. Si nos daban una orden para rescatar teníamos que caminar al puesto comando.  No conocíamos nada del enemigo. El 1 de mayo estaba caminando por una calle próxima a la pista y veo en el releve del terreno veo aviones que vuelan rasantes. Yo no conocía cómo eran los aviones británicos y pensé que eran de los nuestros. Largaron unos tubos y en realidad eran bombas que arrojaban sobre nuestra pista. Esto nos da la pauta de la cantidad de errores y falencias que  debemos contar”
“En la guerra ves mucha crueldad, pero también las grandes virtudes de las personas que ayudaban a sus compañeros heridos, aún a riesgo de ser matados por el enemigo. Nosotros estábamos en la misma zona de combate. Los heridos eran trasladados sobre una chapa o una puerta hacia el sector de sanidad”, indicó.
El médico expresó que “había heridos que no podíamos rescatar porque era una zona prohibida, el combate era muy violento”.


“Los veíamos pero no podíamos alcanzarlos. Volaban por el aire por el bombardeo y eran situaciones que generaban una impotencia muy grande. No es lo mismo una urgencia en el campo de batalla que en una calle, la clínica o un consultorio. En el campo de batalla la muerte es tu sombra. Solo teníamos una morfina para aliviar tanto dolor.  Hubo 649 muertos pero los suicidios por la posguerra son más de 800. Esto habla del efecto devastador de la guerra”, relató.

Redacción: Póster Central