Rosa Sabena: “Enfrenté a una gran mafia y aún falta el pez más gordo, el comisario mayor Pereyra”

“Enfrenté a una gran mafia y aún falta el pez más gordo, el comisario mayor Fernando Pereyra”, manifestó Rosa Sabena, madre de Nicolás, tras la decisión de la Cámara Primera del Crimen de ordenar la detención de la policía Nancy Salinas, condenada por su complicidad con los Vargas Parra.
En diálogo con Póster Central, Sabena precisó que “la detención de Nancy Salinas es el fin de una larga lucha”.
“Yo había denunciado a estos delincuentes en el 2011 y 9 años después, con el apartamiento del fiscal Walter Guzmán, se logró llevar las causas a juicio. Finalmente están detenidos. Salinas, siendo una funcionaria con un alto sueldo, utilizó a un asesor letrado para interponer muchos recursos y tratar de que el tiempo pase”, enfatizó.
Y añadió: ““Nancy Salinas sería ahijada de Vargas Parra. Cuando el 5 de agosto de 2010 se resolvió la detención de los cuatro integrantes de la familia Vargas Parra, por decisión del fiscal Jorge Medina, cae Salinas y lo primero que hace es ir a un placard para sacar un álbum de fotografías. Estaba viendo unas fotos del cumpleaños de 15 de la hija de Vargas Parra. A mí me pareció que se podía ver a Salinas”
“Tuve la mala suerte de que un sector de la División Investigaciones estaba involucrado con los Vargas. Cuando se ordena que se intervenga la línea a Vargas, eran ellos los que debían analizarlo. Por eso, pedí el informe y veía que todo decía “comunicación sin importancia”. Guzmán no hacía nada y pido que la Policía Judicial desgrabe las conversaciones. Ahí pude entender todo lo que pasaba”, subrayó.
Rosa admitió que “siempre noté actitudes sospechosas y cosas raras en los policías” y agregó: “Falta el pez más gordo que es el comisario Fernando Pereyra, que llegó a comisario mayor. Era quien daba las órdenes. En estos días esperamos que sea imputado por su complicidad con los Vargas. La denuncia está en manos del fiscal Pablo Jávega”
“Me ha costado muchos años poder llevar a juicio a estos personajes y verlos presos. Todo esto me ha llevado a un estado de desesperación y empecé a estudiar derecho porque estaba rodeada de una gran mafia. Me insultaron en la Policía, sufrí maltratos porque lloraba en la fiscalía. Tuve que soportar la desidia y el maltrato, pero logré el apoyo necesario para luchar contra este poder”, advirtió.