Las buenas intenciones
Por Pablo Callejón
Créanme, esta es una carta de buenas intenciones. Es verdad, el periodismo debe ocuparse de las malas noticias, que fueron muchas. Pero las buenas resultaron un banquete frente al mar. Hablo de buenas intenciones, como un saludable argumento del brindis. El tábano nos interpela en cada palabra, y en cada letra. Es el zumbido incesante, molesto, indispensable. La molestia que nos desplaza de la comodidad, ese maldito lugar donde descansan la monotonía y el sometimiento. Las mejores historias suelen descubrirse en los peores momentos. En ese lugar donde alguien tira del mantel sin haber recogido los platos y cubiertos. El año se va y parte de nosotros queda allí, con nuestras propias historias y las que descubrimos en los otros. Tratando de mostrar lo que no quieren que se sepa. Molestar, incomodar, ese debe ser el objetivo de los relatos bien contados. En la presunción permanente del tábano, ese insecto díptero que puede provocar un doloroso nódulo cutáneo o someternos a una urticaria que actúa como advertencia. La representación de la memoria individual y colectiva que nos va sesgando el repaso por lo que dejó un año inolvidable y el deseo por un futuro más complaciente con nuestras urgencias.
Hasta el último día, Norma Steffanía multiplicó el pan y la olla en el Hogar que decidió parir hace 27 años. Unas 50 mujeres resolvieron asumir el legado del comedor de cacerolas de acero, donde no es posible desconocer a los ruidos que provoca el hambre.
Si todo estaba bien, Oriana hubiera llamado. Lo hacía cada vez que volví a casa. Cuando Daniela se encontró con el cuerpo de su hija, el homicida almorzaba con un amigo tras ocultar la ropa manchada con sangre. Las movilizaciones por Justicia se convertirían en un grito volcánico de hastío y desolación.
El tercero de los detenidos por el crimen de Oscar Domínguez era un policía. Solo por eso podría explicarse la trama de ocultamiento tras el violento asalto al camionero jubilado, que vivía solo en barrio Bimaco. Los ladrones tenían la información, pero les faltaba el dato preciso. Golpearon al hombre indefenso hasta dejarlo agonizante. Varios meses después, la investigación dejó ver la complicidad de quienes debían resguardar su seguridad.
Rosa esperaba que Oyarzábal dijera algo más que la previsible admisión del delito. El ex jefe de Investigaciones jugaba a dos puntas, pero mostraba primero sus cartas a los compinches de hampa. Los Vargas Parra lo sabían cuando anotaban cada movimiento policial en un sucio calendario.
Podía identificar el pulso de la noticia con una precisión de cirujano y la sagacidad de un viejo lobo de mar. Aunque en las novelas de Herman Melville hubiera decantado su rol de capitán, Nicolás Florio se habría inclinado por las señales de la pasión antes de recaer en la rigurosidad del mando. El periodismo enviudó de aquel flaco desgarbado de la pregunta incisiva.
Celeste había manejado algunos taxis y remises. Rosana, en cambio, fue durante casi cuatro años chofer de camión. El día que las eligieron, se desmoronó un cerco de 71 años de hombres cortando el boleto de colectivos. El patriarcado se bajó del bondi tras un largo recorrido de camisas celestes y corbata azul.
40 años de los pibes de Malvinas que jamás olvidaré. Y de las pibas, que curaron las heridas de los que volvían con balas y esquirlas de la batalla. La malvinización fue un canto popular y el deseo de volver tras el manto de neblinas, donde aún ruge el mar.
R. es la niña a la que el sacerdote le pidió que lo acompañara detrás del altar. B. fue abusada en la casa de su patrona, cuando estaba a cargo del cuidado del lugar mientras la familia se encontraba de vacaciones. A M. la ultrajó sistemáticamente el cura que la recibía en la vivienda a la par de la Iglesia. Héctor Pinamonti solo recibió el juicio canónico de la institución que también colaboró en su encubrimiento.
Los documentos revelaron que no hubo hechos casuales. Al profesor Ernesto Silber lo secuestraron en pleno dictado de clases. A Peco Duarte lo persiguieron junto a su familia, hasta detenerlo en Córdoba. Los archivos probaron que en la Universidad hubo un plan sistemático impregnado de una macabra burocracia de la muerte. En el mismo campus donde en plena democracia, una docente publicó posteos negacionistas y una concejala habló de persecución ideológica solo para cuestionar una charla de Lawfare.
Las órdenes las dieron los patrones, con la confabulación de gobernantes corruptos y la mano ejecutora de fuerzas represivas. El operativo incluyó lanzar caramelos desde el aire para advertir el movimiento que anticipaba las ráfagas de disparos. Unos 45 minutos parecieron suficientes para masacrar a más de 400 hombres, mujeres y niños de las comunidades Qom y Mocqoi. A los 114 años, Rosa Grillo recordó lo que la Justicia pudo finalmente demostrar. Los asesinos ya están muertos, aunque a partir de ahora, sobrevive la verdad.
En nombre de un Dios que parecía ocultarse en sus manos lascivas, abusó de un padre, de su hijo y de otras víctimas. Lo ocultó como un mandato divino de superioridad. El pastor Víctor Paredez fue condenado a 16 años de prisión por 12 hechos de violación. El templo es todavía un escenario de ceremonias que no logran hacer olvidar el horror.
47.327.407 personas vivimos en un país que recibió a las censistas una de las mañanas más gélidas de mayo. Por primera vez, pudimos completar nuestros datos por internet y recibir a cambio un sticker en la puerta. En el entrecruzamiento de consultas y datos podríamos saber, además, que un 40 por ciento de los argentinos son pobres y más de la mitad de nuestros niños y niñas no alcanzan a cubrir las necesidades básicas.
Desde su radicación en diciembre de 2003, los slots se llevaron de Río Cuarto el equivalente a todo un presupuesto anual del municipio. Si actualizamos el monto con el índice de precios al consumidor del INDEC, el grupo Roggio se llevó la friolera de 14 mil 540 millones de pesos. Pasaron 18 años desde la instalación del Casino y nada parece aventurar que pueda irse.
Luana no soportó el dolor, ni las amenazas de los que buscaron encubrir a su jefe. Cuando la joven bombero decidió terminar con su vida, la familia advirtió que se había tratado de un crimen. El jefe de Defensa Civil de la Provincia, Diego Concha, fue detenido y acusado por el abuso sexual y la muerte de la joven de 26 años. El mártir de la lucha contra el fuego terminó recluido en su propia hoguera.
Aquello que llamaron progreso había sido el fin de todo, o casi todo. Las vías estaban obsoletas y las oficinas del guardia vacías. El regreso del tren los encontró abrazados en la nostalgia y la perseverancia de sus viejos relatos. La estación volvió a reunir a los pueblos, como en un poema de Daniel Salzano.
Cuando la elección estaba cantada, Walter Carranza se apresuró a llamar a los pesos pesados de la CGT. Ya era demasiado tarde para revertir un batacazo histórico. Jorgelina y Cecilia habían resuelto confrontar al poder que sobrevivió a todas las gestiones políticas.
Cuando Macarrón recibió el abrazo de sus hijos las cuentas estaban saldadas. La sentencia pareció escrita mucho antes del juicio. No hubo acusación, al menos, nadie la defendió. Los apuntados del expediente aprovecharon para llorar en audiencias de un juicio oral que no pudo ser público. Nora sufrió su última muerte. La definitiva.
Los números dieron lugar a las letras y los ramales o troncales sustituyeron la tradicional complicidad con las líneas. Las unidades sumaron cartelería led y para llegar a destino resulta necesario pasar de un colectivo a otro. Por primera vez en la historia hubo una licitación del transporte público, aunque el resultado fue el previsible. Un cambio de papeles para que nada, o casi nada cambie.
En el pasillo de ingreso aún conservaba la campera de nylon azul de Ignacio. La mujer de pelo de cenizas y mirada de encantadora severidad, tenía la convicción que le permitió soportar los bastonazos en la primera ronda de las Madres. Antonia militó la vida hasta su propia muerte. Un legado inconmensurable para el pueblo que las abraza.
El joven preso sin razón y las razones por las que mataron al padre Coqui. Un juicio abreviado que silenció la búsqueda de respuestas de la madre de Matías Norris. El homicidio absurdo de Ariel en la noche oscura de Banda Norte. La violenta inseguridad y el drama por los injustos.
La frialdad del oficial que llamó a Ezequiel para notificarle la muerte de su hijo fue la certeza de la trama de ocultamiento. Matías Chirino no murió, lo mataron. Se burlaron de él, lo sometieron al frío y el escarnio físico. Lo hallaron ahogado en un vómito de alcohol que los asesinos provocaron con un bautismo criminal. El dolor que sucedió al espanto por una fuerza militar capaz de provocar la muerte, aún en Democracia.
Cristina entendió lo que había sucedido cuando observó las cámaras de televisión. Millones habían quedado absortos unos minutos antes. A las 20:52 del 1 de septiembre el tiempo se detuvo en un arma, la mano que la sostenía y la bala que no pudo salir de la recámara. La violencia política reapareció abruptamente como un resabio de la noche más larga.
Los árboles que ya no están son el calor que no cede, la lluvia que no llega, la tierra que no florece. Más de 5 mil hectáreas se desforestaron en Córdoba en un año y más de 150 mil en 12 años. Y tarde comprendimos que al calor intenso y la lluvia escasa lo antecedieron los pactos de la avaricia sojera y la especulación inmobiliaria que arrasaron con los pulmones de Córdoba.
Cuatro comensales de la mesa servida se convirtieron en jueces y parte de un poder viciado hasta la médula. Las servilletas del bar se revelaron en conversaciones de acuerdos espurios y viajes a paraísos, con todo pago. La condena social resultó insuficiente para la falsa independencia de los mercaderes de sentencias al mejor postor.
Gustavo no llegó a tiempo al trabajo, ni regresó a casa. Aquel domingo por la madrugada la muerte viajaba demasiado rápido y en zigzag. La mujer que lo embistió abandonó rápidamente el lugar. Cuando la encontraron se había perdido demasiado. No hay duelo posible en la impunidad.
La admisión fue la certeza. Los concejales aguardaron el fallo de la Cámara del Crimen para expulsar al concejal ausente en la sala. “Era inaceptable que estuviera sentado un día más en el recinto”, afirmó la edil que advirtió sobre las consecuencias de no actuar a tiempo. La violencia de género se convirtió por primera vez en causal de despido. Un final que pareció convertirse en un punto de partida.
No hay guardia sin urgencias. Los médicos resolvieron plantarse a los oídos sordos de las oficinas ministeriales. La indignación comenzó a multiplicarse en los pasillos, consultorios, quirófanos y terapias de todo el nosocomio. Y alcanzó a otros trabajadores en muchos otros hospitales. La crisis implosionó ante la mirada absorta de los que firmaban a espaldas de los trabajadores.
Alexa tenía solo 14 años y no volverá a caminar por una lesión medular. Marina fue intervenida quirúrgicamente tres veces y su vida ya no será la misma. Alejandra, murió tras el impacto. El acusado es el legislador Oscar González, quien conducía un BMW secuestrado por tener una patente melliza. Los privilegios del poder también colisionaron en aquella curva de la tragedia evitable.
Agustín Camargo llegó hasta la casa de Lucía con una manopla de artes marciales y su novia le habría ocultado un arma. Habían pasado pocas horas de la sentencia por el abuso sexual a la salida del boliche y el imputado permanecía en libertad. El hermano de la víctima evitó que el desenlace fuera aún peor. Lucía debió esperar demasiado hasta que le creyeron.
Las figuritas que no llegaron a completar el álbum y la camiseta que hoy duerme sobre la cama. Los niños que vieron llorar a papá después de 36 años y los abuelos que celebraron la tercera, como un deja vu del gol de Kempes ante Schrijvers. El corazón en la garganta, el puño apretado, la locura desatada y los miles que se hicieron millones. El día que gozamos como si fuera el último, como no lo hicimos nunca. La fiesta interminable, el sueño infinito y la tercera Copa del Mundo en casa.
Pensar en el año que se va y las ausencias que resisten es un acto de solidaridad con la memoria. Los hechos que nos obligan a pensarnos mejores. La invitación a brindar por la felicidad que buscamos, la solidaridad que necesitamos, la inclusión que esperamos y la diversidad que anhelamos. Por un año de buenas noticias. Aunque tengamos la absoluta convicción de volver a indagar sobre lo que está mal y debe cambiar. Y esa es nuestra carta de buenas intenciones.
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