“Mataron a Matías , a su futuro y destrozaron a toda su familia, no tenemos aliento para nada”.

 “Ellos declararon todo lo que pasó, con muchos detalles. Los obligaron a hacer todas esas barbaridades. El vino con sal, el whisky, comer con la mano fideos viejos, toda esa locura”, manifestó Ezequiel Chirino, padre de Matías, tras la declaración de los compañeros de su hijo sobre lo ocurrido en la madrugada fatal en el predio militar de Paso de los Libres.
En diálogo con Póster Central, el papá dijo que “hay pruebas más que suficientes para que el Juzgado de Paso de los Libres actúe, pero todavía no hay imputados ni detenidos”
“Habíamos pedido una segunda autopsia y el secuestro de celulares, y esto no ocurrió. Sorprende a los abogados que no hagan nada cuando las pruebas son más que suficientes. La degradación y la humillación que les hicieron, cómo les hicieron pagar todo, los hacían correr, fue algo inexplicable”, relató.
Y añadió: “Los otros dos chicos, Matías Meza y Chaile quedaron vivos pero temían que les pasara lo mismo”.
“Llegamos a Paso de los Libres el jueves a la noche, descansamos y el viernes buscamos una academia de inglés y un gimnasio para completar su formación. El sábado armaron un grupo de Wahtssapp donde los obligaron a comprar whisky, cigarrillos y otras cosas.  A ellos los citaron a las 19 en el lugar, mientras les mandaban mensajes humillantes”, recordó Ezequiel sobre la previa a la noche brutal en la que mataron a su hijo.
Para el padre de Matías, “los mensajes son más que elocuentes” y agregó: “Mataron a Matías , a su futuro y destrozaron a toda su familia. No tenemos aliento para nada”.
“Nos arrancaron parte de nuestras vidas, tenía mucha ilusión de forjar su carrera y estas lacras en una noche nos arrebataron a mi hijo. La enfermera que estuvo en el lugar contó que si hubiese habido asistencia no hubiese pasado esta atrocidad”, enfatizó.
Para Ezequiel, “todos son responsables, también quienes conducían la unidad militar”. “¿Cómo no va a tener conocimiento de que en el Casino militar iba a suceder eso? había más de 12 personas”, precisó.
A pesar de las demoras, destacó: “Yo confío en la Justicia, creo que se va a salir adelante, pero no entiendo porque el Juzgado de Paso de Libres no ha imputado ni detenidos. Apretaron a los dos subtenientes en este tiempo”.
“Matías estuvo cuatro y años y medio en el Ejército y jamás le hicieron esto. Esta atrocidad no la habíamos visto nunca antes. Esto parece sacado de una película, cuando escucho las declaraciones no puede creer que hayan sido tan inhumanos”, subrayó.

“Una vergüenza”

“Lo que pasó con Matías es una vergüenza para la República, un homicidio con responsables”, afirmó Claudio Orosz, asesor legal de la familia de la víctima, tras la declaración ante el fiscal federal de los dos compañeros del joven fallecido, quienes relataron los aberrantes hechos que debieron enfrentar aquella noche “del bautismo”
“Los testigos se consideraron víctimas y dijeron que cualquiera de los tres podría haber muerto. Se aprovecharon económicamente de ellos, los hicieron trabajar en forma esclava, los hicieron beber sistemáticamente fondos blancos con bebidas alcohólicas con el estómago vacío. Además, mientras los oficiales cenaban un asado los hicieron comer fideos viejos con la mano. Luego, mandaron a Matías a comprar más alcohol, los hicieron tirar a una pileta helada, hacer movimientos vivos y obligarlos a tomar alcohol hasta que perdieran el conocimiento”, relató.
Orosz resaltó en diálogo con Telediario Primera Edición que, “estas ceremonias parecen ser una norma,  en estos días hicieron tirar a la pileta a una oficial y le provocaron la quebradura de la columna vertebral”
“Por más que haya terminado el servicio militar y declaren que respetan la democracia, la muerte de Matías revela que no es solo una tragedia familiar, sino un homicidio con responsables. Queremos que se determine quienes son los autores y coautores y quienes, con su silencio, permitieron que esto suceda”, enfatizó.
Para el letrado, “hubo una muerte humillante de Matías” y destacó: “El jefe de una unidad militar, aunque esté en su casa, no está fuera del mando. Es una institución del Estado definida para protegernos de una agresión externa y cuidar de su gente.  El jefe no puede desconocer que en su unidad militar se realizó una fiesta prácticamente clandestina, donde ingresó una gran cantidad de alcohol y se destruyó mobiliario. Les guste o no, pero en una organización jerárquica, la responsabilidad alcanza a los altos mandos del grupo”
“Falta una modificación de la reglamentación que ponga al ser humano por sobre cualquier necesidad. Lo que pasó con Matías es una vergüenza para la República. Era un joven de 23 años, con una novia, con sueños y feliz por su capacitación en la carrera que terminó muerto por las acciones y omisiones de un grupo de oficiales”, expresó.

Un trato humillante

Los obligaron a consumir con la mano varios platos de fideos con un olor extraño. Les exigieron, además, que bebieran uno tras otro los vasos repletos de alcohol que los superiores preparaban, mientras se burlaban de sus defectos físicos. El objetivo fue la humillación de los tres subtenientes  que habían llegado unas horas antes de aquel 19 de junio, al predio del Grupo de Artillería en Paso de los Libres, una ciudad correntina de casi 50 mil habitantes, con casi dos siglos de historia. Así surge del expediente judicial que impulsa el fiscal federal Fabián Martínez.


Los sobrevivientes al “bautismo” militar admitieron en una extensa declaración de casi 7 horas que, cualquiera de ellos podría haber sido la víctima fatal. Del expediente surge que cualquier negativa a las órdenes superiores significaría comenzar “con el pie izquierdo”. Al final de aquella noche de sometimientos, Matías Chirino fue hallado muerto por una broncoaspiración. Se había ahogado en su propio vómito. Unas horas después, un militar de voz severa se encargó de informar a la familia. “¿Usted es el padre de Chirino?, venga a buscarlo, su hijo está muerto” Así de frío y deshumanizado fue el mensaje del vocero que las fuerzas armadas hallaron para notificar la más dolorosa de las noticias.  
El doctor Enrique Novo, asesor legal de la familia, sostuvo que los subtenientes “fueron obligados a comprar comida y bebida alcohólica en exceso, se burlaron de ellos, de sus defectos físicos”. El letrado resaltó que los oficiales los obligaban a beber copas de vino con sal y a tirarse a una pileta con agua sucia y helada. A Matías le ordenaron que fuera a comprar “más bebidas y cigarrillos”, y al regresar, se ensañaron con él por una supuesta demora. El grupo de nueve jerarcas militares les pedían que cantaran y si alguno olvidaba la letra, “los manijeaban”.

La querella consideró que hay elementos suficientes para imputar y detener a los militares que violentaron a los recién llegados.
“Me lo mataron, no hay duda”, repite una y otra vez Ezequiel, el padre de la víctima. Matías tenía 22 años y quería continuar con la formación militar. Estaba enamorado de Valentina, su novia, y tenía un carácter generoso que surge en cada recuerdo entre los vecinos de Holmberg. Su muerte no  fue un capítulo aislado en la historia militar argentina y la familia del joven fallecido espera que la Justicia actúe rápidamente sobre cada uno de los responsables.

Redacción Póster Central
Foto: Facebook