Habló Oscar Devia, el operario que sobrevivió al escape de amoníaco: “nací de nuevo, fue un error humano, un exceso de confianza”

Oscar recordará la tarde del viernes 19 de noviembre en el Frigorífico Penny Lane cómo el día en qué volvió a nacer. El amoníaco que se fugaba de la válvula le quemaba la cara y las vías respiratorias, hasta asfixiarlo. Corrió hasta la oficina de una compañera para pedirle que lo llevara hacia algún centro asistencial, mientras se quitaba la remera. El ardor era insoportable. El otro operario accidentado estaba junto a él. “Si hubiéramos esperado la ambulancia estábamos muertos, al menos, yo hubiera muerto”, recordó Oscar. La mujer logró incorporarlos a su auto y tras pasar algún semáforo en rojo y varias cuadras a contramano, llegaron al Policlínico San Lucas. A las pocas horas, Oscar sufrió un paro cardiorespiratorio. Pasaron varias semanas de sedación, terapias con respirador artificial y traqueotomía urgente, hasta que alguien le dijo que durante algunos momentos del último mes creyeron que había fallecido. El milagro había sido posible y Oscar decidió contarnos su historia.
“Estoy en una sala común, fuera de Terapia. Me debieron operar por una complicación en el pulmón, lograron recuperarme. Tengo muchas ganas de vivir”, afirmó en el inicio del diálogo con Póster Central.
El operario recordó que la tarde del accidente ingresó a las 14 horas. “Justo un compañero estaba colocando las bomba y me pidió que le de una mano. Yo lo ayudé sin ponerme el equipo, sin cuidarme y hacer las cosas cómo se debe. Fue una falla humana, no tomamos las precauciones y estas son las consecuencias”, recordó.
Y añadió: “Nunca había trabajado en ese sector. Había un hombre mayor que no podía hacer fuerza con una bomba de 50 kilos. Hicimos una mala fuerza contra una llave y se abrió. No hubo rotura, fue una maniobra nuestra”
“Se abrió la válvula y el amoníaco cae sobre mi cara en forma directa. Me quemó todo. Empecé a desesperarme, me faltaba el aire. Me fui a la oficina de enfrente y bajó la secretaria Lorena Gómez. Si esperaba la ambulancia me moría. Venía ella, pobre, en el auto con nosotros, creo que lo rompió todo. Llegamos a la clínica y me dio un paro”, precisó en un emocionante relato.
Oscar estaba descalzo, sin remera y no podía respirar. Fue derivado al Quirófano donde le colocaron oxígeno. “La atención de los médicos fue excelente y por eso estamos vivos. La pasé muy mal pero estoy saliendo adelante. Entré el coma y dicen los médicos que me morí, me reanimaron y le puse ganas supongo. Me dijeron que volví a vivir. Perdí 50 kilos, no puedo ni levantar una taza, pero voy a salir”, subrayó.
Oscar relató que quiere vivir y estar con la familia. “Tengo un bebé con discapacidad y hace 60 días que no lo veo. Imagínate las ganas que tengo de verlo. Estoy aislado ahora con mi señora que me cuida todo el tiempo. El apoyo de mis compañeros y mis amigos fue fundamental para salir adelante. La patronal también se portó super bien”, enfatizó.