Daniel Vera, la víctima que denunció al cura Avanzzini: “Hay sacerdotes que abusan y una Iglesia que encubre”

“No hicieron nada, lo protegieron y lo llevaron a un colegio parroquial de Berrotarán. Siempre el método es encubrir, trasladarlo, nada más”, lamentó”, afirmó Daniel Vera, miembro de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina y denunciante del cura Walter Avanzzini, acusado por abuso sexual.
Vera hizo público el aberrante episodio el 2 de junio de 2019. Afirmó que fue abusado por el sacerdote a los 17 años. Ratificó los hechos ocurridos en 1986 ante la diócesis de Río Cuarto y su caso ya llegó a la Congregación para la Doctrina de la Fe en la Ciudad del Vaticano. El 16 de julio de este año, Vera resolvió realizar una denuncia penal ante la inacción de la Iglesia. El caso es investigado por la fiscalía de La Carlota.
“Hace poco, cuando presenté la denuncia penal, fui acompañado por el movimiento Ni una Menos. Si no fuera por la fortaleza de las mujeres quizás no hubiera hecho la denuncia. Me animé a decir basta al maltrato, al abuso, al machismo. Me sentí parte de ese movimiento y a pesar de todo el tiempo que pasó, decidí hacer la denuncia”, destacó en diálogo con Póster Central.
Vera precisó que “los abusadores tienen mucha carisma, parecen buenas y todo el mundo duda si hablas mal de ella”
“La Iglesia tiene un plus en ese silencio. Yo vengo de una familia muy católica. Me sentí llamado a ser cura. Yo vivía en Canals en esa época y Avanzzini estaba de párroco en Arias. Me invitaron a un seminario juvenil y en ese ámbito se dio el abuso. Uso su poder”, destacó.
La víctima dijo que lo escucharon “bastante poco”. “En 1986 decidí negar todo hasta fines del año 89. Se lo conté a una monja amiga. Después hablé con mis padres y con el párroco que estaba en Canals. Recuerdo que me dijo que estaba casi seguro quien es. Cuando le digo que era Avanzzini me dijo que sabía, que en el Seminario hacía lo mismo. Este cura había sido avanzado por Avanzzini y lo mandó a la mierda. Le dijo “conmigo no”, pero no lo denunció. Al principio me parecía valiente pero con el tiempo me di cuenta que dejaban que lo hiciera con otro”, relató.
El cura denunciado siguió como párroco de Berrotarán hasta que sale la denuncia pública en el programa televisivo de Miguel Clariá. “Me pidieron que rezara mucho y no hicieron nada. Esa Iglesia contenía a los abusadores. Me decían que era una manzana podrida, pero es la Institución la que encubre. Hay dos tipos de sacerdotes: los delincuentes y los cómplices. Estamos ante un delito y una red de complicidad”, aseveró.
Vera destacó que sintió “la primera gran vergüenza” con la Iglesia de Río Cuarto. “No hicieron nada, lo protegieron y lo llevaron a un colegio parroquial de Berrotarán. Siempre el método es encubrir, trasladarlo, nada más”, lamentó.
En la entrevista con Póster Central, admitió que “muchos fieles se sienten ofendidos y la pregunta es qué hacen para que esto no pase”
“Son muchísimos los hechos y todos encubriendo, desde el Papa Francisco para abajo”, advirtió.
Y añadió: “Es necesario separar la iglesia del Estado para evitar la connivencia ante estos hechos. Hay demasiado poder de la Iglesia en todos los sentidos  y ninguno es espiritual. Es terrenal y logra influir sobre los poderes del Estado. Usa los beneficios para abusar y encubrir a los abusadores”

Foto: La Voz