“Es feo raspar una olla de noche y tomar un taza de te sin azúcar o comer pan así nomás”

“Es feo raspar una olla de noche y tomar un taza de te sin azúcar o comer pan así nomás”, afirmó Ramón Contreras, responsable de comedor comunitario Ramoncitos, en Barrio Obrero.
En medio de la ola polar y el crecimiento de la demanda social, Ramoncito afirmó que “la situación está cada vez más complicada porque la gente no tiene trabajo”
“Hay muchos changarines, que hacen pinturas, arreglos, y no tienen laburo. Piden comida porque se les complica mucho. Antes dábamos la comida todos los días y ahora, dos veces por semana porque no se puede”, lamentó.
El referente barrial dijo que “hay muchas personas que no tienen para comer y tratamos de dar la comida a la noche a familias donde hay niños o adultos mayores”
“Preparamos 250 viandas por noche. Tratamos de ir a los lugares donde hay gente en situación de calle también. Hay mucha necesidad en los barrios”, subrayó.
Ramoncito admitió que “hay mucha preocupación para las garrafas, no se pueden comprar los tubos que usábamos para cocinar y las garrafas de 10 nos llena dos días cuando cocinamos el té o las ollas populares”
“Ojalá que esto no empeore. Cuando hay niños y abuelos que no pueden tener un plato de comida de noche es muy triste. Es feo raspar una olla de noche y tomar un taza de te sin azúcar o comer pan así nomás”, dijo emocionado.
Para el titular del Comedor “esto es como si estuviéramos enfrentando otra vez una pandemia, donde falta el pan de la mesa”