Dos, que pueden ser cuatro

Por Pablo Callejón

“El tablero no se va a patear el 23 de junio, ya lo hicieron volar en diciembre con el triunfo de Milei”. La opinión de un experimentado dirigente del peronismo pareció contener un sesgo de resignación en el análisis. En la ciudad del 70 a 30 “como en el Fernet”, la definición rumbo a las elecciones municipales podría anticipar la ruptura de las estrategias sustentadas en estructuras tradicionales. Ya no sería un juego de dos, sino de tres, y quizás de cuatro. En los armados hasta el 4 de mayo, fecha límite para la presentación de listas, miran de reojo cada acción y reacción de los otros. Gabriel Abrile mantiene un diálogo con el candidato del radicalismo Gonzalo Parodi pero nunca desestimó una eventual candidatura. El médico terapista evalúa diferentes propuestas, incluso las que podrían impulsarlo como referente del espacio que lidera el presidente Javier Milei. En silencio, escucha sin descartar ninguna opción. A pesar de la elección que perdió frente “al Pampa”, todas las encuestas lo miden como eventual aspirante al sillón de Mójica. En el radicalismo, hay quienes sostienen que “hubo una mano peronista” en los votos que decidieron la interna radical. Un dato podría resultar clave para la decisión de Abrile: si Adriana Nazario mantiene su postulación, la fragmentación del peronismo habilitaría un escenario inédito. En ese contexto, suponen que “ya no sería una cuestión de partidos, sino de nombres y coaliciones, más allá de los sellos tradicionales”. Por ahora, en la lista de concejales que propondría Parodi debería incluirse a Ana Laura Vasquetto, Fernando Daddone y Gastón Valentinuzzi, tres dirigentes que formaron parte de la nómina en las internas. Sin embargo, el juego está abierto a la decisión de Abrile. El silencio público que mantuvo tras las internas no se interrumpió a pesar de la ola de versiones sobre una eventual candidatura. Fueron meses en los que no pegó el portazo, pero tampoco decidió entrar cuando le abrieron la puerta. Algunos sectores (económicos y empresariales) buscan convencerlo, aún cuando se trate de avanzar por fuera del radicalismo. La situación tiene en vilo al partido que supo alcanzar la hegemonía del poder desde 1983. La división del peronismo podría ser una oportunidad única para Gonzalo Parodi, aunque la fragmentación propia lo devolvería a un escenario inédito e imprevisible.
En el entorno de Nazario aseguran que “no hay ninguna duda”. Cómo afirmó Franco Miranda en Póster Central, “ya es candidata”. La ex funcionaria municipal y provincial no oficializó su decisión ni realizó expresiones mediáticas, aunque lo haría formalmente en la primera semana de mayo. En su equipo sostienen que “será una campaña breve, pero intensa, en un contexto donde la vida de la gente pasa por otro lado”. Están convencidos de que “Adriana no necesita instalarse ni alcanzar conocimiento público, y esa es una fortaleza que le permite liderar cualquier encuesta”. El desafío al oficialismo no incluyó canales de diálogo que permitan confluir en un potencial acuerdo. La sede de Avenida España tampoco sirvió como lugar de encuentro, ni fue el escenario para el consenso. “Adriana nos confirmó de su decisión y resolvimos acompañarla. Se equivocan los que creen que ella depende de otros, siempre tuvo la misma convicción”, aseguró un hombre del armado delasotista histórico. El presidente del Centro Cívico y ex jefe de Gabinete, Julián Oberti, admitió en Así son las Cosas que Nazario “no atiende el teléfono, ni va a ningún lado”. La ex diputada no dio ninguna señal de ceder sus aspiraciones frente a la propuesta oficialista de Guillermo De Rivas. El actual secretario de Gobierno apuesta a una sobre exposición mediática, en las calles y en las redes sociales. “Partió atrás pero ha mejorado mucho en las encuestas. Guille no tiene techo, en cambio Nazario sí”, aseguran en el Palacio de Mójica. De Rivas afirmó a Póster Central que no busca ser un mero sucesor de Llamosas y que aspira a convertirse en “un intendente con una impronta personal”. En los spots apunta al slogan de “seguimos cambiando”, en una conjugación que busca sostenerse en algunos logros del gobierno, y prometer los cambios que esperan los riocuartenses tras un natural desgaste de 8 años de gestión. El primer objetivo que se marcaron desde el oficialismo fue el de contener a la mayor parte de los pre candidatos que oficializaron algún tipo de aspiración. El acuerdo terminará de saldarse con el armado de las listas, aunque el schiaretismo parece haber quedado adentro, casi silbando bajito. Una eventual definición de Llaryora sobre el armado local podría ordenar la partida, aunque no hay certezas de que eso ocurra. El gobernador aseguró que prefiere no intervenir y recordó que tampoco le resultaba cómoda la intromisión del poder central cuando se definía el candidato a intendente en San Francisco. Aunque aparece en cada acto oficial acompañado por De Rivas, evitó citarlo como su hombre para la contienda y hasta relativizó ante la prensa el proyecto de una nueva Cárcel para Río Cuarto. En el radicalismo especulan que una orden del Centro Cívico podría alinear la lucha de aspiraciones en el PJ. “Trabajamos como si tuviéramos que enfrentar a un único candidato, no podemos confiarnos”, aseguran. Hasta ahora, ninguna señal parece ir en ese sentido.
En una elección fragmentada como nunca antes, cada voto tendrá un valor adicional y la postulación de Pablo Carrizo, quien mantiene un electorado propio de entre 7 y 9 puntos según algunas encuestas, emerge como un factor que podría alcanzar una especial incidencia en un contexto de paridad.
El llamosismo está convencido, después de dos mandatos y la única reelección alcanzada por un intendente peronista, de que “nadie puede venir a imponernos una postulación”. La reunión con dirigentes y militantes en la vecinal Fénix buscó alinear la tropa y mostrar gestos de unidad, aunque no estuvo el diputado nacional Carlos Gutiérrez, ni se advirtió la presencia de otros precandidatos dispuestos a declinar sus aspiraciones personales. De Rivas, Llamosas y Oberti fueron los oradores de un acto que pareció confirmar un camino irreversible. “Se va a ampliar la alianza como ocurrió en Córdoba, con dirigentes extrapartidarios. Sabemos que se van a sumar algunos y también sabemos que de acá no se baja nadie”, sentenciaron tras el encuentro.