Daniela, mamá de Oriana: “Estoy tranquila porque no tengo dudas de que Zabala recibirá perpetua”

“Estoy tranquila porque no tengo dudas de que Zabala recibirá perpetua”, afirmó Daniela Rechimond, mamá de Oriana Giannini, la joven asesinada por su ex pareja en el femicidio ocurrido el29 de enero del año pasado. El juicio que podría derivar en una condena de reclusión perpetua para el femicida Nicolás Zabala, comenzará el 26 de junio.
“Es muy difícil esto para mí. Estoy tranquila porque no tengo dudas de cuál será la pena para él. El juicio será una oportunidad para que se sepa lo que pasó ese día y se conozcan las pruebas que existen en el expediente”, manifestó en diálogo con Telediario Primera Edición.
Danielaprecisó “no había una denuncia previa, no podíamos creer que estábamos con el peor enemigo”
“Estuvo en mi casa, me brindé completa, no voy a entender nunca. El le controlaba todos los horarios, con quien iba, con quien venía. Todo el tiempo, todo el día, quería verla. Ella quería esquivarlo”, manifestó.

El juicio

La Cámara del Crimen resolvió que el 26 de junio comenzará el juicio contra Nicolás Zabala por el femicidio de Oriana Giannini, ocurrido el 22 de enero del 2022, en una vivienda de barrio Trulalá.

Los dolores y la ausencia
Por Pablo Callejón

Lo primero que hizo fue desprenderse de distintos elementos que había sustraído en la escena del crimen.  La billetera y el celular de Oriana fueron lanzados en la huída desordenada hacia calle Tucumán. Cuando llegó a su casa se quitó las zapatillas y las puso en agua para intentar borrar los rastros de sangre. Luego, se traslado a la casa de su amigo Leandro para cambiar la musculosa blanca por una remera limpia.  En la ropa con manchas rojas había quedado envuelta la tarjeta UALA de la víctima. En un último intento por ocultarlo todo y aparentar una supuesta normalidad, se sentó a almorzar un asado.
Nicolás Agustín Zabala tenía 24 años cuando asesinó con puntazos y golpes a su ex pareja, Oriana Giannini. Según surge de la resolución judicial, Zabala vivía con sus padres y realizaba algunas changas que no le ayudaban a sobrevivir el mes. Su novia estaba embarazada y había planificado quedarse a vivir con ella en Córdoba. Sin embargo, no dejaba de enviarle mensajes a Oriana, en un vínculo obsesivo y violento que impulsaba “desde un lugar de sometimiento y dominación”. Cuando hallaron el cuerpo de la joven en el interior de la vivienda, una vecina le advirtió rápidamente a la policía sobre la participación de Zabala en el femicidio.

Aquel mediodía caluroso del 29 de enero, Zabala creyó haber planificado cada paso de su ardid homicida.  Sabía a qué hora regresaría Oriana de su trabajo en la Farmacia del Sud y la esperó pacientemente en la casa ubicada en Hermanos Velazco 1649, del barrio Trulalá. A las 13:05 se ocultó detrás de una pila de ladrillos en el patio. Cuando la víctima regresó a su hogar agobiada por el calor y la jornada de trabajo, el asesino se abalanzó sobre ella. La autopsia reveló lesiones en el rostro y el tórax, que derivaron en la muerte de Oriana por broncoaspiracion.
Las pericias psicológicas y psiquiátricas al imputado determinaron que siempre pudo comprender la criminalidad de sus actos y lo definieron con un perfil “de cierta tendencia a la impulsividad, con dificultad en las relaciones interpersonales”. Su acción homicida reveló que era capaz de proyectar el asesinato y actuar con el más brutal ensañamiento.  

Una mujer policía arribó a la escena del crimen a las 13,50 tras un llamado al 101 que advertía sobre la presencia de una persona herida. Los vecinos que exigían la celeridad en el arribo de una ambulancia fueron los primeros en asistir a Oriana. “Me la mataron” afirmó Daniela, la mamá de la joven de 21 años cuando la agente y su compañero ingresaron a la unidad habitacional.  Varios testigos habían visto a Zabala merodear por el sector en una motocicleta 110 centímetros cúbicos, de color negro. Un móvil de la comisaría de Alberdi fue en busca del sospechoso, pero no estaba en la casa donde residía con sus padres y un hermano. La madre de Zabala afirmó a los agentes que su hijo “fue a comprar al almacén poco después de las 11 y luego, volvió a salir a las 13:30, pero no había regresado”. Los efectivos aguardaron en el lugar hasta las 14,50, cuando Zabala arribó a su domicilio tras almorzar en la casa de un amigo.
Una vecina de Oriana recordó que había observado en el sector a un joven con una musculosa blanca y un short turquesa que la miraba “en forma sospechosa”. A los pocos minutos, lo vio salir de la vivienda con su motocicleta a gran velocidad y “estaba blanco como un papel”. 15 minutos después escuchó los gritos de desesperación de Florencia, la tía de la joven asesinada, quien accedió al lugar tras recibir el llamado de Daniela, preocupada porque no podía comunicarse con su hija. Oriana siempre le mandaba un mensaje a su mamá cuando llegaba del trabajo. Era un pacto de tranquilidad entre ambas.

Oriana era una joven afectuosa y emprendedora. Había ingresado a trabajar en una farmacia con el plan primer paso y confiaba en que le darían una oportunidad cuando concluyera el programa. Vivía con Daniela, su mamá y compañera de vida. El mediodía del crimen, la tía de la víctima creyó que “habían entrado a robar otra vez” cuando observó la puerta entreabierta y un cierto desorden en la casa. Florencia tenía un vínculo muy cercano con Oriana y aunque la joven era reservada con su vida, sabía de la relación que había mantenido con Zabala, “el único novio que presentó alguna vez”. El vínculo se había roto hace más de un año, pero la joven nunca había explicado los motivos. En la investigación judicial, una amiga de Ori recordó que la separación se produjo por “las actitudes violentas de Nico, que había empezado a drogarse mucho y estaba raro”. Cuando Zabala se fue a vivir a Córdoba hubo una sensación de alivio que duró algunos meses.

Las cámaras privadas de una empresa radicada en cercanías del barrio Trulalá revelaron el paso de la motocicleta en la que circulaba Zabala el día y la hora en la que asesinaron a Oriana. El homicida vestía la musculosa blanca que intentó ocultar minutos después del crimen. Los videos lograron precisar el arribo de la moto al pasaje Hermanos Velazco a las 13:05 y la huída a toda velocidad a las 13:32. Zabala escapó con las pertenencias de la víctima, aunque en la escena del homicidio quedaron las herramientas que utilizó para asesinarla.
Para el fiscal de Instrucción Daniel Miralles, “se encuentra acreditada tanto la existencia material del hecho como la participación penalmente responsable del prevenido Nicolás Agustín Zabala con el grado de probabilidad exigido en esta etapa procesal”. El funcionario judicial advirtió que en los últimos tiempos la relación entre el homicida y la víctima “estuvo motivada por un estereotipo de supremacía de género que deniega a la mujer derechos a decidir con quién vincularse sentimentalmente y en ese contexto el varón es quien se vale de medios violentos para procurar ajustar la conducta de aquélla a los cánones asimilados por el traído a proceso”.  
Daniela está convencida de que Zabala será condenado, seguramente a reclusión perpetua, aunque aseguró que su lucha “no termina allí”. “Quiero saber que pasó pero, también quiero concientizar. A mí no me queda otra que vivir con sus recuerdos y su ausencia”, sostuvo la mujer que encabezó las marchas por Justicia para su hija. Aquel reclamo unánime y multitudinario de quererse vivas.