A 40 años de la guerra – “Cuando hundieron el Belgrano comenzó el duelo hasta saber que ni siquiera podíamos recuperar el cuerpo”

“Cuando hundieron el Belgrano comenzó el duelo hasta saber que ni siquiera podíamos recuperar el cuerpo. El dolor fue inmenso”, afirmó Raúl Quinteros, primo de Adolfo Ernesto Molina, uno de los dos riocuartenses fallecidos en el crucero Ara General Belgrano durante la guerra de Malvinas.
Molina nació en Río Cuarto el 24 de enero de 1962. A los 7 años se trasladó junto a su familia a la Capital Federal. Un tiempo después, se establecerían en el partido de Merlo, Buenos Aires.


Su madre recordó a Adolfo como un joven enérgico, laborioso y emprendedor. Solventaba sus gastos trabajando arduamente en su adolescencia. Para realizar su servicio militar fue convocado por la Armada. Luego del período de instrucción su destino fue el Crucero ARA General Belgrano. Integró la tripulación del Crucero llamada de “los 1093”. Zarpó desde la Base Naval Puerto Belgrano, rumbo a las islas Malvinas, el 16 de abril de 1982. El Crucero entró en el área asignada el día 28.
El 2 de mayo fue atacado y hundido por dos torpedos MK-8 lanzados por el submarino nuclear británico Conqueror en un punto situado a los 55º 24′ de latitud S y 61º 32′ de longitud Oeste. El Crucero se encontraba navegando en dirección al continente, fuera de la “zona de exclusión” impuesta por los mismos británicos para delimitar el área del conflicto.  Fue uno de los 323 héroes que ofrendaron sus vidas en las aguas del Atlántico Sur.


“Adolfo era muy familiero, compartíamos mucho. Su padre era trabajador del Correo y mi papá Policía. Ibamos juntos a Alpa Corral para pasar las vacaciones, era hermoso compartir con él”, recordó Raúl.
En diálogo con Póster Central precisó que perdieron un contacto diario cuando lo designaron en el Crucero. “No había noticias, más que algún llamado telefónico en el centro. El sentía que necesitaba mostrar su decisión de defender la soberanía. Como todos los chicos que murieron dejaron todo lo que podían, desde su amor propio”, expresó Raúl.
Y agregó: “Cuando llega la noticia del hundimiento del crucero, rogábamos que Adolfo estuviera vivo. Sabíamos del frío, que todo era difícil Fue un largo duelo esperar la noticia, hasta que nos llegó la noticia de que no podían ni siquiera rescatarlo”
“El dolor de la familia Prámparo es el mismo que tenemos nosotros. Los abrazo en ese momento. Yo siento que los soldados fueron mandados a una guerra con una desproporción muy grande. Fue una traición al país. A mí no me tocó por tener un año, pero perdí a mi primo. Todo ciudadano argentino que tenga un poco de memoria no puede olvidarse lo que ha sucedido en Malvinas. La guerra se podría haber evitado”, opinó.
Para el primo de Adolfo, “Margaret Thatcher supo seguir su genética de no respetar ni siquiera al enemigo, pero siempre hay derechos humanos, incluso en una guerra”.