Seguimos rescatando del olvido a las vidas ejemplares de la región


Por Jericles

Hoy pienso hablarles de una mujer que fue una verdadera adelantada a su época… Se trata de Mireya Fantaguzzi, que militó el feminismo medio siglo atrás en Sampacho. Eso era una auténtica proeza, porque ahora es una causa que abrazan la mitad de las mujeres, ¡pero imagínate en los años ’60, en una sociedad patriarcal como la de Sampacho, defender los derechos de las mujeres como lo hizo Mireya fue una verdadera revolución!
Si te parece voy a enumerar algunos capítulos sobresalientes de esta verdadera luchadora….
Por aquellos años batalló incansablemente para cambiarle los nombres machirulos a los pueblos de la región y ponerle nombres inclusivos: quería que Sampacho se llamase Sampache, Huinca Renanqué, Del Campille, Carnerille, Alejandre, Villa Huidebre, Río Cuarte…y a Coronel Moldes quería cambiarle el nombre por dos motivos: una por Coronel, que era una profesión extremadamente machista, y otra por Moldes, que según ella hacía referencia a los moldes de costura, una oficio que en aquel entonces se asociaba con el sometimiento femenino al andro-centrismo, o sea al macho como centro del universo. Por supuesto, fracasó rotundamente en el intento…
Mireya era polifacética: fue la primera mujer en ejercer el oficio de fotógrafa en el pueblo. Y según algunos memoriosos no era de las mejores…. Cuentan que tomó varias imágenes del famoso terremoto de Sampacho, pero todas las fotos les salieron movidas…..
Su militancia era extremista: ¡como luchaba con todas sus fuerzas contra el patriarcado, iba a todos los lugares que actuaba ILDO PATRIARCA y a los gritos lo obligaba a bajarse del escenario!
Y esta es una historia que en Sampacho ni siquiera nuestro amigo Mingo Amaya conoce: hasta el año 1960 el patrono del pueblo era San Policarpo, patrono de los anarco-capitalistas. Pero ella luchó para romper esa matriz machista, y consiguió que desde entonces hasta la nuestros días la patrona del pueblo fuera una mujer, la Consolata. ¡Una conquista más de esta mujer maravillosa!

En los ’70 emigró a Estados Unidos y allá formó pareja con un hasta entonces desconocido actor llamado Robert De Niro. No quisieron traer hijos a este mundo insensible y violento, así que adoptaron media docena de Rotweiller asesinos que protegían su propiedad en Hollywood.
Pero esa vida glamorosa no coincidía con sus ideales de un mundo más justo, así que más sabia y desilusionada volvió a su Sampacho natal.
Pero Mireya no sólo abrazó la causa feminista, por el contrario…¡ningún problema de la sociedad le era ajeno a esta militante todo-terreno! Porque también fundó la Sociedad Protectora de Animales de Sampacho, atacó la minería a cielo abierto, consiguió evitar la extinción de la nutria fosforescente y fue quien consiguió que a los cucuruchos de helados les agregaran el baño de chocolate o dulce de leche o frutilla, ¡una conquista que seguimos disfrutando hasta el día de hoy gracias a esta gran luchadora!
Lo último que se supo de ella fue que escribió un libro de 650 páginas sobre el futuro apocalíptico que les espera a la raza humana si continuaban depredando el planeta, extinguiendo especies, saqueando la tierra y fomentando la industria de la guerra. Muchos años después el libro de Mireya fue llevado al cine por el director Rodolfo Galettini, en su legendaria película “Los bañeros más locos del mundo”
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¡Qué bueno Pablo que es rescatar estas historias de gente que no pasan por la vida como si nada, sino que trazan un surco y dejan una huella indeleble en la memoria de los pueblos, como es el caso de Mireya Fantaguzzi, que en aquellos tiempos desafió a una sociedad conservadora como era la de Sampacho!