50 años de Hortensia

Por Pablo Callejón

Por estos días se cumplen 50 años de la aparición en los kioscos de la revista Hortensia, ese emblema que cambió la historia de los cordobeses, y que también en cierta medida cambió mi vida, cuando empecé a publicar en sus páginas, pocos años después.

En realidad su director, el Gordo Cognigni, sacó la revista con la colaboración de algunos amigos para ver qué pasaba, aspirando a que aguantara algunos números. Pero para sorpresa de todos, los 2.500 números que imprimieron se agotaron en un par de horas, y desde entonces su tiraje creció junto con su fama, ya que diez años después llegó a vender cien mil ejemplares en todo el país.

Cuenta la leyenda que los escritores y dibujantes recorrían las peñas, los estadios de boxeo y las canchas de futbol para captar la gracia cordobesa, ese tono contestatario y burlón que tenían en La Docta cincuenta años atrás, en respuesta a aquella sociedad doctoral, tradicional, elitista y clasista que cambió cuando la ciudad industrial se pobló de obreros y estudiantes.

De allí, de esas peñas, nació el famoso “No si vuá”, el chiste que más identificó a los cordobeses…

Pero no todo era improvisación. También fue sumando enormes artistas como Crist, Fontanarrosa, Peiró, Ortiz, y hasta los grandes humoristas de Capital Federal querían publicar en sus páginas.

Hortensia fue llevado al Teatro varias veces, especialmente caracterizando a sus personajes más famosos, “Negrazón y Chaveta”, la máxima creación del genial Cognigni.

Negrazón y Chaveta representaban al lumpenaje cordobés, que se quedaron excluídos de los beneficios económicos de la industrialización. Eran una especie de “filósofos de barrio”.

Yo empecé a dibujar en Hortensia en 1975 (con 20 años) y estuve publicando hasta que cerró la revista.

¡No sabés la sensación que sentí cuando vi publicado mi primer dibujo en sus páginas! Un chiste mío, en el medio de chistes de Crist y Fontanarrosa… ¡Era como debutar en la primera de River, como salir a la cancha un domingo en el Monumental con el Beto Alonso y el Enzo al lado!

En la revista dibujaban Crist, Fontanarrosa, Di Palma, Peiró, Ortiz, Ian, Giménez, Chamartín, Marino, Martino, Cognigni, Salas, Cler, Jericles, Angonoa, Bianfa,Ham,Chumbi, Che-Ché y Furnier, entre otros.

Y escribían El Pelao Alonso, Amuchástegui, el Gordo Oviedo, Cognigni, Cristina Wargon, La Pequi, El Mono, Miguel Bravo, Pasti, Colacrai y Verita.

La fama de Hortensia traspasó las fronteras, y Cognigni y su esposa (Sara Catán, que era el alma mater de la revista) pasaron a ser estrellas del jet-set en Capital Federal, invitados frecuentes de Mirtha Legrand. Y luego se exportó a España.

Alberto Cognigni murió en 1983, y la revista, hasta su cierre, fue dirigida por Roberto Di Palma, su colaborador más estrecho, su mano derecha…

Pero sin Cognigni la revista no fue lo mismo, y cerró definitivamente en 1990. En realidad, para esa época los cordobeses tampoco eran lo mismo, y ya empezaba a vislumbrarse en la Docta el prototipo del rebelde anti-vacunas y votador de Macri que es hoy la marca registrada de la provincia.

En los años siguientes hubo otros intentos para hacer otra revista de humor en Córdoba Capital, pero el peso de Hortensia, el fantasma de esa revista, era demasiado fuerte, y no pudieron mantenerse demasiado tiempo en los kioscos.

Pero qué mejor que cerrar este informe con el mayor emblema del humor que Hortensia hizo conocido en todo el país: los cuentos… ¡el inigualable humor cordobés!