La Nave Espacial del multi-mega millonario Jeff Bezos

Por Jericles

¡El mundo se paralizó esta semana, Pablo! Y no fue por la pandemia, por el VAR contra Boca, porque faltan vacunas Sputnik…. No, no… ¡El planeta se paralizó porque el mega-millonario Jeff Bezos, el dueño de Amazon, el que obliga a sus camioneros a orinar dentro de un frasco para que no pierdan tiempo, viajó al espacio!

Yo ya estoy juntando guita para pagarme el pasaje para el próximo viaje! ¡200 mil dólares sale, casi regalado! ¡Un viaje en remise de Banda Norte al San Eduardo me salió más caro!

Y te digo… ¡Cuesta 200 lucas porque a esa nave le puso un equipo de GNC, sino capaz que te salga el triple!

Y para los incautos que ya compraron el pasaje, tengo una mala noticia…. ¡El magnate le metió la mano en el bolsillo, porque ese viaje a la estratósfera dura once minutos! ¡sólo once minutos! ¡Ni el VAR brasilero te afana tanto como ese tipo!

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Pero bueno, como lo nuestro es un sacerdocio, le vamos a contar a nuestra querida audiencia lo siguiente….

Frases que jamás de los jamases escucharás en un viaje al espacio en la nave de Jeff Bezos:

En esta nave para mega-millonarios, no vas a escuchar una queja así:“¡Ufa! ¡¿Otra vez van a pasar esa película pedorra de ChuckNorris?!

Ni tampoco algo así:  “¡Disculpe, pero yo tenía el pasaje del lado del pasillo!”

Frase número 3: “¡Te dije que este “lechero” es una batata que paraba en todas las estaciones!

Otra frase que no escucharás en este nave es “¡Corriéndose al fondo que hay lugar!”

Otra frase imposible: La de un vendedor ambulante diciendo: “¡Señores pasajeros, distraigo su atención un minuto para ofrecerles, en carácter promocional, estas tres prácticos bolígrafos multicolores!”

Más frases imposibles: “Se me fue la señal de wi-fi”, o “Nene, no saqués la cabeza por la ventanilla que es peligroso!”

En la nave de Bezos nunca vas a escuchar una queja como esta:  “¡Tengo las cervicales a la miseria! ¡Es la última vez que viajamos en el semi-cama!”

Como es un vehículo VIP, tampoco vas a escuchar al chofer diciéndole a los pasajeros: “¡Señores, se fundió el motor! ¡Hay que esperar que del Taller nos manden un coche nuevo para seguir viaje!”

Olvidate de una queja así: “¡No le di propina al maletero! ¡¿No viste cómo me tiró las valijas?!”

Como la nave es del Primer Mundo, tampoco escucharás al guarda gritar: “¡Pergamino! Paramos treinta minutos!”

Y cerramos con esta frase que no escucharás en este sofisticado vehículo de pasajeros: “¡A ver alguien que le dé el asiento a esta señora que está embarazada!”

                                              JERICLES