Imputaron a dos policías por vejámenes y a una agente por encubrimiento tras la brutal golpiza a Galíndez

Tras la brutal golpiza a un hombre en la Unidad Departamental, el fiscal Fernando Moine anticipó a Póster Central la imputación para el cabo Martín Colautti y el sargento David Sanabria, quienes fueron acusados por por vejaciones calificadas y falsedad ideológica agravada por la condición de funcionarios públicos, en coautoría y en concurso real (art. 144 bis inc 3 en función del 142 bis inc 3, 293 en función del 298 45 y 54 CP). Además, Moine imputó a la agente Daiana Rojo por encubrimiento agravado en concurso ideal, con falsedad ideológica agravada por ser funcionario publico (art. 277 inc 1 apartados b y d e inc 3 apartado d, 293 en función del 298 y 45 y 55 CP).
Los efectivos acusados serán indagados “entre mañana y el jueves” cuando llegue la totalidad del expediente desde la Unidad Judicial”
Según surge de la denuncia, Colautti y Sanabria tomaron a golpes a Galíndez en la sala de requisa del edificio de calle Belgrano, hasta provocarle gravísimas lesiones. Los policías violentaron al detenido porque se habría negado a firmar una hoja con partes en blanco.
El plomero oriundo de Río Segundo, que había sido detenido por error, logró llegar a Córdoba tras su liberación y fue intervenido quirúrgicamente en el Sanatorio Allende por una fractura en la mandíbula. Según confirmaron a Póster Central desde la Fiscalía, Galíndez ya fue dado de alta.
Inicialmente, el Tribunal de Conducta Policial había ordenado el apartamiento de cuatro efectivos que estaban en la guardia el pasado domingo, cuando ocurrió el violento episodio. Sin embargo, la Justicia logró determinar la participación de solo tres de ellos.
El ministro de Seguridad de Córdoba, Alfonso Mosquera, pidió que “en caso de acreditarse apremios ilegales los autores tengan las más severas y ejemplares condenas ante la cobarde y deleznable actitud”.
Galíndez fue detenido cuando regresaba de vacaciones con su esposa. En forma simultánea, cinco patrulleros de la Policía interceptaron al conductor de otro automóvil. Los ocupantes de ambos rodados fueron derivados a la Comisaría para constatar la presunta participación en un hecho delictivo.
Tras determinar que el plomero no estaba vinculado, los agentes le exigieron que firmara una hoja con partes en blanco. Galíndez se negó y comenzó a ser golpeado brutalmente en el estómago y en el rostro, hasta quebrarle la mandíbula.