Denuncian demoras en causa por abuso contra el hijo de un sindicalista: “la drogaron, le pusieron algo en una bebida y abusaron de ella”

Agustín Camargo, hijo de un reconocido sindicalista riocuartense, pidió la postergación de su indagatoria por un hecho de abuso sexual ocurrido hace un año y medio. Según informó Así son las cosas en la radio, la semana pasada fue citado a declarar pero su abogado defensor, Jorge Valverde, solicitó que se postergue esa instancia para esta semana, ya que sería “una persona de riesgo en este contexto sanitario”.
Según surge de la denuncia, Lucía, la víctima, fue encontrada a la salida del boliche bailable Factory, la madrugada del 15 de marzo de 2019. Estaba tirada sobre una verja, con manchas de sangre en su cuerpo, raspaduras en la espalda y sin poder movilizarse por sus propios medios.
César Máñez, padre de la denunciante, calificó al proceso judicial como una odisea que tuvieron que atravesar para que la causa avance.
“Se han dado juicios y se han dictado sentencias vía online. Esto no debiera seguirse dilatando”, enfatizó a Así son las cosas en la radio. La causa está siendo investigada por el fiscal Daniel Miralles.
“A mi hija la drogaron, le pusieron algo en una bebida y abusaron de ella. Lamentablemente en ese hecho intervino una familiar y amiga que la entregó y esta persona que es una lacra, Agustín Ricardo Camargo. Él se aprovechó de ella. La violó y la golpeó. Hizo lo que quiso con mi hija en un estado indefenso. Cuando ella se dio cuenta de lo ocurrido, le contó a su mamá, mi esposa me llamó y fuimos a denunciar a la comisaría de Banda Norte. Cuando dije de qué se trataba el hecho y de quién era hijo esta persona, no me quisieron tomar la denuncia”, relató.
Y agregó: “En la departamental del centro me dijeron que no había personas para tomar la denuncia, que iba a haber demoras, que el papel iba a quedar archivado un par de días allí. Dijeron que fuéramos a la fiscalía y nos dieron un montón de vueltas. Nosotros no sabíamos que en estos hechos de violencia sexual te tienen que tomar la denuncia en el momento y ordenar una revisación médica para la víctima. Nunca lo hicieron. De ahí en más, nos fueron poniendo trabas. En la fiscalía de Fernando Moine nos tomaron la denuncia pero tuvimos que pedir el cambio del fiscal porque el amiguismo del padre de este delincuente hacía que la causa se estanque y siempre haya algo que lo trabe”.
El denunciante resaltó que “se había logrado la imputación y esta persona se tenía que presentar a declarar como cualquier ciudadano imputado”. “Ahora, por el covid-19, el abogado aduce que es una persona de riesgo y no puede presentarse en tribunales a acompañar a su defendido”, lamentó.
Y añadió: “El fiscal Miralles le acepta esos mecanismos al abogado defensor que dice que no puede presentarse a declarar. Nosotros sabemos que ha habido juicios y se han dado sentencias vía online, esto es solo un testimonio, ¿Por qué se tiene que seguir dilatando? Nos decían que hasta que no esté imputado no podíamos decir el nombre. Estamos cansados. Hace un año y medio que mi hija está soportando esto y además burlas, molestias. Un día en un boliche, personas relacionadas a quienes la entregaron, golpearon a mi hija”.
“En la fiscalía de Moine hasta modificaron las pruebas presentadas. Nosotros presentamos fotos de las lesiones de mi hija y las recortaron y las dejaron en tamaño de foto carnet prácticamente. Es una vergüenza lo que hicieron”, indicó.
Por otro lado, Lucía Mañez, se refirió al hostigamiento que sufrió de parte de quienes eran sus amigas y conocían a Camargo, tras animarse a denunciar judicialmente. “El daño ya me lo hicieron, pasó mucho tiempo y pude procesarlo y hacer terapia. Mis papás y mis amigos me han acompañado. Pero estas chicas que me hicieron esto, se dedican a ir a marchas feministas. No necesitamos un feminismo de cartón. No quiero que a ninguna de esas amigas que aún tienen les ocurra algo así”, subrayó.
Finalmente, resaltó: “Esa noche se dedicaron a sacarme fotos, se llevaron mi teléfono, se burlaron de mí cuando les pregunté qué me había pasado. Ellas me dijeron quién era esta persona. Me gritaban barbaridades, han mandado a gente a que me golpee, me han hecho pasar muchos malos momentos. Tuve que cambiar el número de celular porque recibía llamadas todo el tiempo. Tuve que dejar de ir a marchas porque ellas asistían sin vergüenza y yo tenía miedo. Ellas también me causaron mucho dolor. A todo lo que tuve que soportar psicológicamente y en la Justicia, estas personas siguieron molestándome y esperando que yo tenga una reacción fea pero creo que todos tenemos un límite”.