Una carta para Gema: “Nosotros íbamos a veces detrás de ella y luego a su lado, apostamos por el amor”

Marco Reyna, padre de Gema, habló con Póster Central sobre la conmovedora carta que escribió para su hija, una niña trans que celebró sus cinco años en una jornada de diversidad y felicidad.
“Fueron años de mucha turbulencia emocional, de muchos miedos, inseguridades y de aprender que había que hacer lo que teníamos que hacer como padre y madre”, explicó.
Marco admitió que al principio “fue todo nuevo” y destacó: “No se trataba de no saber que hacer, sino de cómo responder”.
“La especulación era que estábamos ante una situación de juegos, que iba a pasar. Pero se fue consolidando. Gema lo hizo con mucha seriedad y mucha espontaneidad, era su deseo profundo”, manifestó.
El papá de Gema precisó que les tocó “enfrentar el deseo de una personita que se paró de manos”.
“Nosotros íbamos a veces detrás de ella y luego a su lado. Dejamos de reducir a eso de varón ó mujer, pantalón ó pollera, nena ó nene. Ella puso todo entre paréntesis. Nosotros fuimos superando la angustia, la incertidumbre y la sorpresa. Las personas trans pasan por situaciones durísimas: la expectativa de vida es muy baja, la situación laboral es difícil y el entorno vive contextos ásperos”, resaltó.
Marco agregó que “hoy Gema es una niña de 5 años y queremos que viva una infancia feliz”.
“Pensamos que vivirá en un mundo que cambiará para mejor. Hay muchas infancias trans truncas. Nosotros tuvimos decisión de abrazarla. Esa es la clave. Apostar al amor y la confianza. Gema va a vivir en un mundo mejor. No éramos los mismos hace 10 años. Hemos cambiado por un momento histórico que le dio lugar a la diversidad. Sin ley sería distinta la realidad”, argumentó.

La carta completa:

Gema cumple 5 años, pero esa es una verdad a medias.
La cronología, sintetizada hasta estrujarla; es esta:
Hace 2 años y monedas, Vicente empezó a pedirnos que le dijéramos “hija”. No hijito: hijita, nena, hermana. Costó. A veces mucho, a veces menos. En realidad, el cálculo era que con los días eso iba a pasar y en definitiva para la Romina Andrea Pezzelato y para mi eso no alertaba conceptualmente ninguna preocupación en nuestro laberinto ideológico. Con el desfile de polleras de los meses que le siguieron, pasó lo mismo. Amanecía con polleras. Pollera sobre pantalón. Pero ni la incomodidad de tanto harapo la amedrentó. Pues en verdad, la incomodidad era nuestra y mas mía que nuestra, porque la Romi hace rato decidió hacerle pito catalán a ese y a muchos otros mandatos. Con el tiempo, caímos en la cuenta que las polleras y polleritas eran su victoria: de ese bordito no me baja nadie, habrá pensado.
El tema es que hace cosa de medio año la muchachita se le paró de manos al mundo y pidió cambiarse el nombre. No podía ser una nena de verdad con un nombre de nene. Eligió llamarse Gema, como una mujer trans, actriz y amiga nuestra. Fueron días muy intensos. Guardados en casa: hablando, pensando, revisando, llorando. Amando su decisión. Envidiandolé su coraje. Le puso pausa al jardín, a la gimnasia artística y al mundo y a los días nos pidió volver; pero volver nueva y volver Gema. Y así fue.
Mi hijita Gema es una nena feliz.
Tiene un hermano León que la ama y que pasó de no saber qué joraca pasaba en esos días de transición, a las broncas y los abrazos infinitos.
Tiene un pelotón de amiguitas, amiguitos, primas y primos que le hicieron la segunda desde el comienzo mismo de sus preguntas y que ya son largamente mejores que muchos y muchas de nos: Carola, la Nachi, Amanda, Amapola, La Viole y la Almendra, Pedrito, Ramiro, Camilo, la Coti y la Indi. La Armada Brancaleone!
Tiene muchos tios y tias, de la vida, las luchas y la sangre; que la van a acompañar y nos van a acompañar. Saben como nosotres, que una nueva humanidad también le hará justicia a las disidencias.
Tiene abuelas y abuelos que tiraron a la mierda decenas de años de pre-juicios y que la abrazaron sin poner un solo pero. O se los morfaron, que llegado al caso es lo mismo.
Tiene una Ley Nacional de Identidad de Género, la 26743; que heredamos de la lucha sin cuartel de varones y mujeres trans, travestis, putos y putas; y de un gobierno que eligió escucharles.
Es decir, Gema cumple 5 años. Pero volvió a nacer hace menos de eso. A la Romi, al León y a mi nos pasó mas o menos lo mismo.

#niñatrans