“En este momento no hay nada más violento que el precio de la comida”

Por Mayra Arena

En este momento no hay nada más violento que el precio de la comida. Pienso en esas madres y abuelas que con el calor del amor se las ingenian para estirar lo que ya es inestirable, en la frustración de esos chicos asqueados de comer siempre lo mismo, que piden cosas ricas, que sueñan con un alfajor o un heladito. Y en la impotencia de los adultos de esa familia al enfrentar la sinceridad del niño que dice en voz alta lo que todos en la familia callan “estoy podrido de comer esto ¿cuándo vamos a comer otra cosa?”. Hay quienes tendrán temple y sabrán ser pacientes, pero habrá también quienes desquiten su frustración de la peor manera. La miseria es como un tren en el que no hay más que dos grandes ramales: o se agudiza el ingenio de una manera increíble o se va oscureciendo el pensamiento y el alma, engendrando la violencia del resentimiento. Es muy probable que la sociedad acabe premiando a los niños que nacen en los primeros y castigando a los que nacen en los segundos, como si no hubiera sido cuestión de suerte.