
La doctrina Bullrich y las sombras del pasado
Por Pablo Callejón
El pasado 12 de marzo, Patricia Bullrich llegó a Río Cuarto para presentar junto al candidato de Juntos por Río Cuarto, Gabriel Abrile, un programa de seguridad que seguiría la doctrina que la ex ministra impulsó durante el gobierno de Cambiemos. La política de mano dura, con una defensa acérrima del policía Luis Chocobar –juzgado por matar por la espalda a un ladrón que huía-, convencieron al radicalismo riocuartense de imponer un viraje en la mirada social sobre la problemática del delito. Abrile comenzó a aparecer en spots con gesto adusto y palabras severas para defender su política. Poco después, el candidato acompañó con el barbijo debajo de la nariz una caravana anticuarentena de la que participaron muchos militantes que se referencian en Bullrich y el macrismo ortodoxo. La alianza que busca recuperar el poder en el Palacio de Mójica decidió respaldar su proyecto de gobierno en la matriz ideológica que sustentó los cuatro años de la presidencia de Mauricio Macri.
Las redes sociales son, muchas veces, la brutal manifestación de pensamientos y conductas. Entre la banalización y la frivolidad, también emergen expresiones que los titulares de la cuenta difícilmente podrían manifestar públicamente sin recaer en algún grado de pudor. El ex comisario general Carlos Borsato seguramente había asimilado su simpatía por el accionar de Jorge Rafael Videla cuando aún era jefe de la Unidad Departamental de Policía. Un lugar que también pudo haberle servido para aplicar el Código de Faltas sobre los pibes de los barrios que naturalmente despreciaba en sus posteos de Facebook. La investigación del periodista Marcos Jure reveló lo que al parecer Borsato nunca quiso ocultar. Su elección como asesor de las políticas de seguridad parece ser coherente con la doctrina que el radicalismo riocuartense eligió seguir en aquella visita de Bullrich a la ciudad. La misma referencia que desnudó la legisladora Patricia De Ferrari y que provocó el enojo partidario de aquellos que resistían una eventual sanción. De Ferrari solo fue suspendida por seis meses y la UCR decidió mantenerla en su banca, en una señal de contención para quien pidió por el regreso de los Falcon Verde.
La secuencia de muertes de pibes en los barrios, el crecimiento en el tráfico y consumo de estupefacientes, las políticas de persecución del narcomenudeo, la ausencia de operativos que desbaraten a bandas criminales, los casos de abuso policial y los episodios de gatillo fácil, revelan la complejidad del modelo de seguridad en la ciudad y la Provincia. Una responsabilidad que alcanza al ministro Alfonso Mosquera. La mirada integral del flagelo no solo debe incluir a las políticas de formación y acción represiva, sino la decisión real de superar una desigualdad profunda que extirpa las posibilidades de una vida más justa para miles de jóvenes riocuartenses inmersos en la vulnerabilidad. Borsato no cree en esto. Prefiere el birrete de faena policial que impide el paso de los pibes de la gorra. Se siente más cómodo en su mirada negacionista que insulta los principios de los Derechos Humanos y los reduce al prejuicio “del curro”.
El acto de presentación de “un Río Cuarto Seguro”, en el que confluyeron las figuras de Griselda Baldata y el comisario Borsato, expresan esa contradicción ideológica y hasta moral. Baldata nunca ha transitado por los caminos del negacionismo ni las reivindicaciones dictatoriales. Sin embargo, en Juntos por Río Cuarto optaron por sumar también a un comisario retirado para darle fortaleza a un mensaje que está en la primera plana de las preocupaciones en la ciudad. Tras echar al ex jefe policial de los equipos técnicos a través de un mensaje de Twitter, Abrile dijo que será “contundente como en todos mis actos”. “Que esto no nos haga perder la discusión seria sobre los temas de inseguridad que aquejan a la sociedad”, pidió el candidato en un intento por concluir el debate sobre las reivindicaciones de la noche más larga para los argentinos. El reclamo haría suponer que el ex jefe de la Departamental los engañó a todos, ocultando su verdadera mirada sobre la desigualdad social y el combate del delito. O bien, fue elegido porque sus ideas coincidían con los objetivos que intenta impulsar la principal fuerza opositora en la ciudad. En cualquier caso, es difícil suponer que la solución se reduzca al simple apartamiento de Borsato.
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