Como no quererte Diego

Lo quiero insolente, transgresor, contradictorio y polémico.

Lo quiero negro, villero, irreverente y provocador.

Lo quiero cansado, agobiado, con palabras enredadas y frases sin desperdicio.

Lo quiero enojado, feliz y desmedido.

Lo quiero delgado, obeso, en puntas de pie y con las piernas cansadas.

Lo quiero en la cancha, en el banco, en las tribunas y desolado.

Lo quiero sin frenos, pausado, en sus errores y en sus disculpas.

Lo quiero en la selección, en Gimnasia, en el Napoli y aún en Boca.

Lo quiero por los que no lo quieren, me acerco por los que se alejan.

Lo quiero por sus enemigos, por los miserables, los comedidos y los pacatos.

Lo quiero infinito, en la utopía, en sus victorias y sobre todos, en sus fracasos.

Lo quiero en sus 60, en cualquier tiempo, en sus peores horas, en las mejores.

Por Pablo Callejón