La casta de intocables

Por Pablo Callejón Periodista


El saldo de la reforma a las jubilaciones de privilegio en el Poder Judicial podría ser la aspiración de lucha de una mayoría de sectores laborales que acceden a beneficios precarios al final de sus años de trabajo. Aún con el ajuste en las condiciones de los haberes acomodados que perciben magistrados, fiscales y otros funcionarios judiciales, persistirá un esquema que los mantendrá en la elite del sistema de jubilaciones. Perderán algo, pero seguirán ganando fortunas. Las amenazas de retiros masivos para evitar ser alcanzados por los cambios que impulsa el gobierno nacional, fueron vistos por los medios del poder elitista y la oposición como un “nuevo intento por presionar a la Justicia” y “la jugada para llenar los tribunales por jueces K”. Se trata de una nueva embestida del poder corporativo real, que intenta mantenerse como juez y parte en el resguardo de jugosos beneficios que los impuso como una casta de intocables.

La Caja de Jubilaciones de los magistrados federales alcanzó un déficit de 8296 millones de pesos a diciembre de 2019 y no dejó de crecer en los últimos 5 años, según estimaciones del Gobierno publicadas por el diario La Nación. En promedio, los jueces retirados ganan 272 mil pesos por mes, aunque unos 500 beneficiarios reciben jubilaciones de medio millón de pesos. El monto máximo advertido en los haberes previsionales es de $770.128.Aunque los integrantes del Poder Judicial realizan un aporte mayor como activos para engrosar sus jubilaciones, la plata no alcanza. Según un informe del Ministerio de Trabajo, la contribución adicional equivale solo al 5,8 por ciento de la masa salarial, mientras que los beneficios exceden el 24 por ciento del régimen general.
El año pasado, la jubilación mínima –hoy en 14 mil pesos – subió un 51 por ciento en 12 meses según datos del INDEC, mientras los haberes de los jueces crecieron un 67,8 por ciento. Si la comparación se extiende al 2016, los jubilados que menos ganan obtuvieron un alza del 227 por ciento, pero los magistrados incrementaron sus ingresos en un 295 por ciento. Como en la Justicia, los diplomáticos retirados también disfrutan de privilegios. En promedio, perciben 334 mil pesos mensuales. Los regímenes especiales de la jubilaciones representan un 3,1 por ciento del total de beneficiarios de la Anses aunque se llevan el 9,7 por ciento del total del gasto previsional.
El proyecto que logró media sanción en Diputados, eleva la edad jubilatoria de los hombres a 65 años, en forma escalonada. Para las juezas, se mantiene en 60 años. Además, el proyecto disminuye a 20 años los aportes computables y exige que los funcionarios deban cesar ejerciendo el cargo.Si el Senado aprueba la reforma, los jueces y fiscales recibirán el 82 por ciento móvil del promedio de los últimos 120 salarios. Para garantizarlo, subirán los aportes que deban hacer los activos y habrá contribuciones “solidarias” de los pasivos.
El fiscal federal Enrique Senestrari decidió mostrar el recibo de sueldo que confirma un haber de 508 mil pesos en bruto y admitió que los integrantes de la Justicia argentina no pueden tener “tantos privilegios”.”Eso nos pone en una situación muy clara, y la palabra es ‘privilegio’, así que espero que la ley salga. Espero que todos los magistrados acepten esta situación”, afirmó Senestrari a la radio Cadena 3, en medio de una ola de posibles retiros para evitar ser alcanzados por la reforma. En Córdoba, según publica el diario La Voz del interior, serían 9 los altos funcionarios judiciales que evalúan irse. Entre ellos, aparece el fiscal federal Número 2 Gustavo Vidal Lascano.

Mientras algunos discuten no perder parte de sus altos beneficios, otros trabajadores observaron con estupor cómo se desmoronaron sus aportes y salarios. La ciencia fue uno de los sectores más golpeados por una política económica que supo discriminar entre vencedores y vencidos. Un investigador principal perdió 643 mil pesos durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri y en promedio, el derrumbe salarial de los científicos fue del 39 por ciento en cuatro años. En el mismo periodo, los becarios sufrieron una merma en los ingresos por $166.467 pesos. El dato surge del informe elaborado por Mariano Barrera, Doctor en Ciencias Sociales e investigador del área de Economía y Tecnología de FLACSO-CONICET. El análisis publicado por la revista Periferia Ciencia reveló que se necesitarían unos 12 mil millones de pesos solo para recuperar el poder adquisitivo perdido. Barrera precisó que los salarios de becarios e investigadores registraron pérdidas ininterrumpidas desde noviembre de 2015 a diciembre de 2019 que alcanzaron el 41 por ciento. “El Poder Judicial mantuvo su poder de compra en estos años, con una leve baja de 2 por ciento. Este sector tiene un promedio salarial neto de $238 mil, cuatro veces mayor que el promedio de los salarios del sistema científico, estimados en $60 mil”, precisó el investigador del Conicet.

En medio de las repercusiones por la media sanción para los cambios en las jubilaciones de privilegios, el presidente Alberto Fernández anticipó el envío al Congreso de la reforma a la Justicia Federal. El punto más oscuro del funcionamiento judicial parece recaer en Comodoro Py , con jueces sospechados de maniobras, aprietes, operaciones y encubrimientos, aunque la propuesta avanzaría con un cambio integral que evite el poder hegemónico de algunos magistrados. “Yo sé de lo que estoy hablando, porque soy abogado y enseño Derecho. La Justicia necesita una revisión. Llegamos a un punto en el que las cosas no están funcionando bien. La Justicia, en términos económicos, se aleja del resto de la Argentina”, aseguró Fernández. El presidente advirtió que a pesar de pagar sueldos altísimos, “a la Corte Suprema le sobra presupuesto para tener un plazo fijo con 40 mil millones de pesos”Los medios hegemónicos calificaron de “escandalosa” la última sesión de diputados y advirtieron que “una embestida al Poder Judicial” podría derivar en “un piquete de expedientes y convertir la reforma en la nueva 125”. Los integrantes de la Corte Suprema que ganan tres veces más que el presidente de la Nación son la primera referencia un poder que cimentó sus privilegios durante dos siglos, a la par de un aumento descomunal en el descreimiento social hacia su funcionamiento y fallos. Son los jueces y las partes de un sistema desigual que, al menos en este debate, los obliga a hablar más allá de sus sentencias.