Genocida: El capitán Scilingo, el represor de “los vuelos de la muerte”, recuperó la libertad

El ex represor argentino Adolfo Scilingo, condenado en España a una pena de 1.084 años de cárcel reducida en la práctica a 25, se encuentra en régimen de semilibertad desde el pasado noviembre, indicaron fuentes oficiales en Madrid.
Scilingo, de 73 años, es conocido por ser el primer exrepresor argentino condenado en presencia en el extranjero. Fue detenido en 1997 en España, tras reconocer ante el juez Baltasar Garzón que había participado en dos “vuelos de la muerte” durante la última dictadura (1976-1983).
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En 2005 fue condenado a 640 años de prisión por un delito de lesa humanidad “con causación de treinta muertes”, una pena aumentada en 2007 a 1.084 años, al agregársele complicidad en 255 delitos de detención ilegal.
No obstante, en la misma decisión, el Tribunal Supremo limitó a 25 años el máximo de cumplimiento efectivo.
Según explicó una fuente de Instituciones Penitenciarias, Scilingo salió en noviembre de la cárcel madrileña donde cumplía pena, y fue trasladado “a un centro de inserción social, que sigue siendo un establecimiento penitenciario para personas en régimen de semilibertad”.
En ese centro de inserción duerme cada noche, y sale cada día, de lunes a sábado, para ayudar en un comedor social en Madrid.
De esta forma “sigue cumpliendo condena”, puntualizó Instituciones Penitenciarias. Según la misma fuente, Scilingo podría quedar libre en 2022, aunque será un juez el que deberá dictaminarlo llegado el momento.
“Según va avanzando la condena, el objetivo es la reinserción. Le queda muy poco tiempo de cumplimiento de condena, llevaba muchos años en la cárcel, y había que buscar una salida para que se reintegrara en la sociedad”, agregó la fuente de Instituciones Penitenciarias.
El ex capitán de corbeta, egresado de la escuela naval en los años 70 con el grado de guardiamarina, prestó servicios durante la dictadura en la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (ESMA), en Buenos Aires, por donde pasaron 5.000 de los 30.000 desaparecidos que dejó aquel régimen, según organismos de derechos humanos.

“Asesino del pueblo”

La organización HIJOS Capital expresó su rechazo. “Su único lugar es la cárcel”, remarcó a través de su cuenta de Twitter. “Es repudiable que Scilingo pueda caminar por las calles, porque su único lugar es la cárcel común”, puntualizó Giselle Tepper, en diálogo con Página/12.
“Mientras miles de familias siguen esperando saber dónde están los cuerpos de los desaparecidos, él sale de la cárcel, duerme en un centro de ‘inserción social’ y colabora todos los días en una institución religiosa. No puede insertarse en sociedad un asesino del pueblo”, definió.

Genocida

Scilingo se retiró a los 40 años, en 1986. Casi diez años más tarde admitió que había participado en la “guerra sucia” encabezada por los militares, y en su relato al periodista argentino Horacio Verbitsky, autor del libro “El vuelo”, dio también datos sobre el robo de bebés nacidos en cautiverio.
Graciela Lois, integrante de la agrupación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, se refirió a la salida de la cárcel del represor y aseguró: “Yo sabía que Scilingo estaba pidiendo la libertad. Lo hablé hace como un año con mi abogado. Mi querella sigue”.
En declaraciones a El Destape Radio, Lois recordó: “Hubo mucho de protagonismo de parte de Scilingo. Él tenía la fantasía de ser un testigo protegido con ciertas libertades. Nunca nos dio nombres pero nos dio pistas de que había otras personas que sabían más. Él decía que era un perejil. Después que nos trató de enemigas, empezó a mentir y mucho”.
“Mi abogado me dijo que no puede apelar a una ley penitenciaria. Aclaro que mi abogado es muy conocido en España y es el hacedor de todo este juicio y es muy respetuoso del tema derechos. Evidentemente, ahora tiene estas salidas que corresponden por la edad y por la ley del Servicio Penitenciario español. No me causa ninguna gracia. No sé qué decir. Acá lo tenemos muy presente, pero allá en España nadie sabe quién es”, cerró.

Fuente: AFP, Página 12 y Clarín